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Dos horas arriba y abajo

Mil personas participaron ayer en el II Maratón de Aerobic de Leganés

Sólo los expertos se mantuvieron firmes en la pista del pabellón Europa durante las dos horas que duró ayer el II Maratón Popular de Aerobic de Leganés, al que asistieron mil personas. Era difícil aguantar el ritmo trepidante que con música bakalao o rap iban imponiendo los monitores que dirigían la prueba. Muchos participantes se fueron retirando agotados y prefirieron presenciar el resto de la prueba sentados en la grada con las bebidas isotónicas que daban los organizadores.Ante las críticas a esta modalidad gimnástica, los asistentes al maratón coincidían en alabar sus cualidades para mantener el cuerpo en forma y divertirse al mismo tiempo. Lo cierto es que practicar el aerobic debe funcionar, porque en el pabellón, había más vientre plano y duro que celulitis y michelines. Jaime Castillejo, el campeón del mundo de trampolín que actuó como maestro de ceremonias, explica que la mala fama del aerobic "es sólo habladurías". Se trata de un deporte de movimientos aeróbicos (aquellos que no necesitan un esfuerzo intenso, pero sí constante y continuado) en los que se utilizan la mayor parte de los grupos musculares posibles al ritmo de la música, "Se ha puesto de moda estar guapo y delgado, y la gente busca una salida. Aquí tienes la posibilidad de divertirte, bailar y además quemar muchas calorías añade Castillejo.

Quizá por eso la inmensa mayoría de las participantes eran mujeres, sobre todo jóvenes. En los gimnasios, la media de edad se sitúa entre los 17 y los 30 años. Claro que también había algunos hombres. Ramón Calvo, por ejemplo, fue muy bien acompañado de su hija Alba, que con sólo dos años se convirtió en la benjamina de la prueba. "Todavía es pronto para que coordine los movimientos, pero le gusta moverse con los demás", asegura su padre, que da clases de aerobic en el colegio Calderón de. la Barca de Leganés. "Para los niños es muy bueno, porque les ayuda a mejorar su psicomotricidad y además es un deporte muy completo", concluye.

Claro que los hubo también patosos a la hora de seguir los movimientos de los monitores. Era el caso de Juan Carlos, de 23 años, que se animó a acompañar a un amigo al maratón. "Yo lo que hago son pesas, y por eso esto de mover los pies y las manos me resulta tan difícil". Chorreando sudor, y sin quitarse las gafas, intentó seguir el ritmo con el resto de los participantes. Aguantó más de una hora sin tirar la toalla.

Eva, de 22 años, lleva cuatro dando clases, y considera que para un experto en aerobic lo más difícil es enseñar. Entre las decanas del maratón estaban Toñi y Goyi, dos amigas de 43 años que llevan tres practicando este deporte "para cuidar nos y hacer un poco de ejercicio".

Los cuatro monitores se daban el relevo sin ofrecer ninguna tregua a los machacados participantes. El último fue Leslie Feliciano, una especie de príncipe de Bel Air cruzado con Lina Morgan y Cantinflas, que terminó haciendo reír a los sufridos deportistas.

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