Los traficantes de hachís ensayan nuevas rutas tras la mayor presión fronteriza ejercida por Marruecos
La avioneta despegó sin drogas del aeropuerto de Málaga, pero algún tiempo después se estrelló en la sierra de Granada y de sus hierros retorcidos surgieron dos cadáveres, una pistola y más de 100 kilos de hachís. ¿Qué había pasado? La Guardia Civil sostiene que la avioneta voló desde Málaga a algún lugar de Marruecos, allí cargó la droga y volvió a sobrevolar la península con destino a Alemania. E1 accidente, descubierto por un pastor hace ahora una semana, viene a confirmar que España sigue siendo "tránsito obligado" para las organizaciones internacionales que trafican con hachís.
El accidente ocurrido en la sierra granadina muestra que los traficantes de hachís están ensayando nuevos métodos de transporte tras la cerrazón fronteriza de Marruecos, y que el territorio español es utilizado, "aunque en menor medida", por las organizaciones que desde Iberoamérica quieren introducir la cocaína en Europa. Así lo expone un informe elaborado por el Plan Nacional sobre las Drogas, en el que además se recoge un dato fundamental: las ganancias que se obtienen por el negocio de la droga superan cada año los 600.000 millones de dólares.No hay coto para la imaginación. La policía detuvo hace un año a un individuo que, para evitar aduanas y controles de carretera, utilizaba nada menos que un helicóptero para transportar el hachís desde Tenerife a Zamora. El informe constata que el hecho de que Marruecos -junto con Líbano- sea un gran productor de hachís "convierte a España, por su inmediatez geográfica, en paso obligado de sus derivados hacia Europa".
No obstante, y dado el gran control de aduanas que desde hace algunos meses practica Marruecos, están siendo reforzadas las "rutas marítimas que transportan cargamentos de gran envergadura por el Atlántico hasta el Reino Unido y los Países Bajos, o por el Mediterráneo hacia Italia".
Las vías de entrada del hachís en España, tanto para el consumo interior como para la posterior distribución a través de los Países Bajos, son principalmente marítimas. La ruta más habitual es la misma que se utiliza para el contrabando de tabaco en el Estrecho de Gibraltar.
"Se emplean", según el informe del Plan Nacional sobre las Drogas, "embarcaciones semirrígidas provistas de potentísimos motores que dejan sus alijos en las playas de Cádiz y de Málaga, y que utilizan las aguas territoriales de Gibraltar para evadir los controles y las persecuciones de la Guardia Civil del Mar y del Servicio de Vigilancia Aduanera". Precisamente, el pasado miércoles murió un guardía civil que perseguía con un helicóptero a una de estas embarcaciones.
Las lanchas rápidas, llamadas planeadoras, tienen su base en Gibraltar y, según el informe, parten desde allí "hacia Marruecos, donde cargan la droga, principalmente en las playas de Ferdiva, El Hauma y Cabo Cires. Luego, y antes de que amanezca, transportan el alijo hasta la costa española, descargándolo en las playas de la Atunara, Santa Margarita y Punta Mala".
En mucha menor cuantía, sobre todo después de la operación de limpieza impulsada por el rey de Marruecos, los traficantes aprovechan las líneas regulares que parten de los puertos de Nador, Melilla, Ceuta y Tánger.
Los traficantes también introducen el hachís por Portugal y Galicia, utilizando las antiguas redes de contrabando de tabaco, y a través de vehículos particulares o de camiones TIR que, "viajando hasta Marruecos con carga legal, a su regreso a España ocultan importantes cantidades de droga en los dobles fondos de los remolques".
Pero por España no sólo deambula el hachís. El informe del Plan Nacional sobre Drogas detalla de forma muy precisa las vías de entrada de cocaína y heroína. "Los grandes envíos de cocaína", señala el informe, "se siguen realizando por vía marítima, aunque se detecta una inclinación hacia el empleo de las rutas aéreas con destino a terminales de carga de aeropuertos internacionales". Los aeropuertos preferidos son los de Madrid, Barcelona, Tenerife y Las Palmas, en vuelos procedentes de Bogotá, Caracas, Río de Janeiro, Sao Paulo y Buenos Aires.
Hay dos sistemas por vía marítima: uno, por el noroeste peninsular, a través de grandes buques nodriza;, otro, por el sur, utilizando los canales de las rutas del hachís.
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