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Prodi y Berlusconi se disputan el voto de los católicos italianos

El voto católico italiano, entendido como una unidad confesional de intenciones políticas que ha funcionado durante décadas, dejó de existir hace tres años con la disolución de la Democracia Cristiana (DC). Pero un porcentaje importante de la población lo añora, y a él intentan recurrir tanto Romano Prodi como Silvio Berlusconi para completar las cuotas de voto esperadas por las respectivas coaliciones.

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La competencia se plantea sobre la base de que la unidad política de los católicos pertenece ya a la historia. Antes, más allá de la polémica sobre si los fieles podían votar o no a los comunistas, quedaba poco espacio para esta guerra. Pero hoy, aunque todos los partidos se afanan por cazar alguna indicación eclesial que les favorezca, ni el Vaticano ni la Conferencia Episcopal se pronuncian. Lo que en otros sitios parece normal, en Italia constituye una novedad muy reciente.Juan Pablo II ha recomendado, eso sí, en varios documentos pontificios, como la encíclica Evangelium Vitae, que los católicos apoyen a los diferentes partidos que promuevan las posiciones éticas de la Iglesia. En consecuencia, la campaña para lograr el voto de los católicos adquiere un tono moral.

Berlusconi fue el primero que abrió este frente, el pasado Domingo de Resurrección, cuando, en tono de mensaje de Pascua, apareció en sus televisiones rodeado de sus hijos en el jardín de su lujosa villa y pidió a los católicos que voten por Forza Italia (FI), porque es el partido que mejor defiende las orientaciones de la Iglesia.

La cosa hizo poca gracia a los líderes del Centro Cristiano Democrático y de Cristianos Democráticos Unidos, aliados de Berlusconi, que representan la herencia democristiana en la coalición del centro-derecha. Estos partidos han puesto dificultades al acuerdo de Berlusconi con Marco Pannella, porque defiende el aborto y la legalización de la droga.

Ahora, a sólo cuatro días del voto, es Romano Prodi, el líder del Olivo, que se presenta en las listas del Partido Popular Italiano (PPI), de los ex democristianos de izquierdas, quien compite con Berlusconi en ortodoxia eclesiástica.

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Prodi afirma que el líder de FI, que es divorciado y vuelto a casar, habla de la familia sólo para ganar votos, y comenta: "No me refiero tanto a sus problemas familiares, que no quiero juzgar, como al hecho de que se haya enriquecido con unas televisiones que hacen amplio uso de violencia y sexo, y que proponen modelos de comportamiento que no podrían estar más en los antípodas de los principios cristianos".

"Me he cansado de responder a todas las cagadas que dicen los otros", ha replicado Berlusconi.

Prodi hizo estas declaraciones en una entrevista con la revista Familia Cristiana, que vende más de un millón de ejemplares en Italia. Berlusconi ha dado otra amplia entrevista a la misma publicación, en la que afirma, corrigiendo declaraciones anteriores, que, en caso de empate, volverá a intentar la negociación de las reformas institucionales con el centro-izquierda.

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