Boyer insiste en sus ataques a la moneda única y a la convergencia
El ex ministro de Economía Miguel Boyer arremetió ayer de nuevo contra el proyecto de Unión Económica y Monetaria (UEM) e insistió en que "los criterios de convergencia ni son todos necesarios ni suficientes". Quien fue miembro del comité de sabios que diseñó ese modelo, sostiene ahora que "el proyecto ha llegado tan lejos que los políticos europeos están atrapados" y nadie se atreve a cuestionarlo.
Ante un salón de actos repleto de alumnos de Ciencias Empresariales de la Escuela Universitaria Ramón Carande, en Vicálvaro (Madrid), Miguel Boyer expuso todos los inconvenientes que conllevará, en su opinión, la moneda única. Rebatió argumentos del gobernador del Banco de España, Luis Angel Rojo; del también ex ministro de Economía, Carlos Solchaga; del ministro de Transporte en funciones, José Borrell, y de todos los defensores de la ortodoxia, que, según sus palabras, le llamaron "presuntuoso" cuando hace dos meses lanzó la polémica en contra de la Unión Económica y Monetaria.Boyer, explicó a los estudiantes por qué se sigue adelante con "el tipo de cambio fijo que ha fracasado ya dos veces" y con el objetivo de UEM. Su respuesta es: "El proyecto interesa a Alemania a Francia, que son las potencias dominantes. Ambos tienen el objetivo político de constituir un eje franco-alemán con los países que actúan ya de satélites de Alemania, el Benelux más Austria, que quieren entrar en ese mecanismo colectivo y dominar toda la política europea". ¿Y el resto de los países de la UE? Siguen adelante, según Boyer, por "la desconfianza en sus políticas internas y para que las poblaciones acepten los duros objetivos de convergencia".
Boyer asegura que "los criterios de convergencia ni son todos necesarios ni son suficientes". Por ejemplo, la reducción del déficit público no es necesaria y se incluyó "por una razón política, para que la opinión pública alemana aceptara la desaparición del marco". Además, cree que para alcanzar la moneda única es necesario converger también "en costes salariales unitarios, en la relación salario salarios-productividad". Y si no, el ajuste se hará "a costa del empleo".
