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LA LIBERACIÓN DE ALDAYA

La usura de la amenaza

Los terroristas han logrado más de 4.000 millones en sus secuestros

ETA ha utilizado desde sus orígenes el secuestro para chantajear y financiarse. El primero de los 71 que ha cometido se produjo el 1 de diciembre de 1970, y la víctima fue Eugen Beihl, cónsul alemán en San Sebastián. El móvil era meramente propagandístico. Se trataba de atraer la atención internacional sobre el consejo de guerra de Burgos, en el que iban a ser juzgados varios miembros de ETA sin garantías jurídicas (aún gobernaba el dictador Franco). El cónsul fue liberado tras 25 días de cautiverio. En conjunto, se calcula que la banda ha obtenido mediante secuestros más de 4.000 millones de pesetas.El 19 de enero de 1973, ETA secuestró al constructor Felipe Huarte, que fue liberado siete días después tras un desembolso de 50 millones de pesetas.

Paulatinamente, ETA fue endureciendo sus actuaciones en los secuestros, tanto por su duración como por su fatal desenlace en algunos casos. Las distintas ramas en que se fue dividiendo la organización terrorista comenzaron años después a asesinar a sus rehenes. Ése fue el caso del empresario Ángel Berazadi, capturado por ETA político-militar [facción ya disuelta tras la reinserción de sus integrantes] el 18 de marzo de 1976, y que fue encontrado muerto el 8 de abril del mismo año. El 20 de mayo de 1977, ETA secuestró a Javier de Ybarra, que fue hallado cadáver el 20 de junio de 1977. El año 1980 registró tres muertes de secuestrados: Alfredo Ramos Vázquez, capturado en Barakaldo por ETA pm; José Ustarán, secuestrado el 20 de septiembre en Vitoria; y José María Pérez López de Ortueta, el 31 de octubre de 1980 en Hernani. El 29 de enero de 1981 fue secuestrado el ingeniero de la central de Lemóniz José María Ryan, asesinado el 6 de febrero de 1981. Y el 5 de octubre de 1983 fue secuestrado en Bilbao por ETA VIII Asamblea (escisión de ETA Político Militar) el capitán de Farmacia Alberto Martín Barrios, encontrado sin vida 14 días después.

Otros secuestrados pasaron largos días entumecidos y finalmente fueron liberados. Estos son algunos de esos casos:

Javier Rupérez, entonces dirigente de UCD y ahora del PNV, fue secuestrado el 11 de noviembre de 1979. ETA pm, le tuvo en su poder 31 días. Su rescate, según dijo el PNV en 1995, se pagó con fondos reservados. La cifra no se facilitó.

El 26 de marzo de 1980, ETA secuestró en Barcelona al industrial Jesús Serra Santamans, liberado a los 65 días tras el pago de 50 millones. En 1981, ETA pm privó de libertad también al industrial valenciano Luis Suñer, del 13 de enero hasta al 14 de abril, fecha en la que fue liberado previo pago de 340 millones. Meses después retuvo a Julio Iglesias Puga, padre del cantante Julio Iglesias, secuestrado del 29 de diciembre de 1991 al 17 de enero de 1982. No hubo pago, porque le liberaron los geos (grupos especiales de la policía) en Trasmoz (Zaragoza). El 5 de enero de 1982, el industrial José Lipperhide fue secuestrado en Vizcaya. Quedó en libertad el 5 de febrero de 1982 tras el pago de 150 millones.

El 10 de enero de 1983, ETA secuestró en San Sebastián a Miguel Ignacio Echevarría, liberado a los siete días tras abonar 160 millones. El 21 de marzo del mismo año, ETA privó de su libertad, en Azpeitia, a Jesús Gibert, gerente de Marcial Ucín. Fue liberado el 7 de abril mediante el pago de 150 millones.

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ETA secuestró, el 25 de marzo de 1983 al financiero Diego Prado y Colón de Carvajal. Su liberación se produjo el 6 de junio tras el pago de unos 150 millones.

El 30 de diciembre de 1985, ETA secuestró a Juan Pedro Guzmán Uribe, directivo del Athletic, liberado el 10 de enero de 1986 por los geos. La familia se había comprometido a pagar a ETA 200 millones, que en parte abonó tras la liberación.

El 10 de marzo de 1986 fue secuestrado el industrial José María Egaña Loidi, liberado 19 días después tras pagar 300 millones.

El 10 de octubre de 1986 corrió la misma suerte el industrial Lucio Aguinagalde, a quien liberó la Ertzaintza (policía autonómica) el 2 de noviembre de 1986, antes de que se pagara rescate alguno. En la operación murió uno de los máximos responsables de la policía autonómica vasca, Genaro García Andoain.

El 10 de diciembre de 1986 fue secuestrado el empresario Jaime Caballero Urdapilleta, a quien ETA consintió en dejar libre tras 59 días de secuestro.

El 19 de mayo de 1987, los terroristas capturaron al industrial Andrés Gutiérrez Blanco, que recuperó su libertad el 3 de julio de 1987. Se pagó a ETA una cifra en torno a 150 millones, con el compromiso de entregar después otros 50 millones.

El 24 de febrero de 1988, ETA secuestró al empresario Emiliano Revilla, al que la banda terrorista retuvo en su poder durante 249 días. La familia pagó rescate en dos ocasiones: primero 750 millones -de los que 725 fueron interceptados por la policía francesa-; y después otros 700 millones (de los que la policía interceptó 100 millones).

El 24 de noviembre de 1989 fue secuestrado el industrial Adolfo Villoslada Martín. Estuvo en poder de ETA durante 84 días. Se cree que ETA consiguió un rescate de 250 millones.

El 5 de julio de 1993, la banda terrorista secuestró en San Sebastián al ingeniero Julio Iglesias Zamora. Fue liberado al cabo de 117 días, tras el supuesto pago de unos 500 millones.

En la noche del 8 de mayo de 1995, comenzaba el caso que ha terminado ahora. José María Aldaya Etxeburua ha sufrido el secuestro más largo de ETA, seguido de los de Revilla (249 días) e Iglesias Zamora (117 días).

El 17 de enero de 1996, la banda cometía un nuevo secuestro, el del funcionario de la prisión de Logroño José Antonio Ortega Lara. Es el primer secuestro desde el del capitán Martín Barrios que no tiene móvil económico: los terroristas pretenden que acabe la dispersión de presos etarras. En el caso de Martín Barrios, reclamaban la emisión de un comunicado en TVE.

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