Cruyff: "Nos han faltado fuerzas ante un rival en forma"

El entrenador del Barça, Johan Cruyff, lo disculpó todo de sus jugadores, el agotamiento de varios hombres durante la última media hora, la escasa capacidad ofensiva y, también, la infantilidad de Prosinecki al ver la segunda cartulina y ser expulsado en el minuto 40. Cruyff se dedicó preferentemente a tramarla con el arbitraje. "Ya empiezo a estar acostumbrado a estos arbitrajes. No se puede dejar a un equipo que se está jugando la Liga con 10 jugadores por el motivo que lo hizo este árbitro. Me recuerda a los tiempos en que yo era jugador cuando se tomaban decisiones tan inapropiadas sin tener en cuenta su influencia"."Nos han faltado fuerzas frente a un rival en forma y que acosó hasta la extenuación". Lástima que lo desluciera el colegiado que influyó notablemente machacándonos con la señalización de faltas", insistió.

Nando Yosu, entrenador racinguista, llevó la contraria a Cruyff, destacando que Ansuategui Roca es un árbitro que nunca se altera "y que no influyó para nada en el desarrollo del choque". También al entrenador cántabro le supo a poco la igualada. "Nuestros merecimientos fueron mayores, especialmente en la segunda parte".

Los silbidos de la tarde fueron para Iván de la Peña y Carreras. El santanderino restó importancia a la constante presión a que le sometieron sus paisanos y prefirió recordar la despedida en la que los pitos se tornaron en aplausos: "Entendía los silbidos como los que se hacen a quien viste la camiseta del equipo contrario, tratando de beneficiar a su equipo y de influir negativamente en mi comportamiento. No me puse nervioso por ser el debú ante los míos, ni por los silbidos. Es más, agradezco la despedida que se me tributó".

Decepción por el empate

La decepción por el empate era general en la expedición azulgrana. Tanto Carreras como Amor no arrojaban la toalla de la Liga, pero casi. Carreras señaló: "Estoy muy decepcionado por el punto conseguido, porque merecimos bastante más y el Racing no se hizo acreedor a ello". Amor, por su parte, reiteró que tenían que haber arriesgado más los componentes del Barcelona, "también estoy decepcionado, pero el fruto recogido no es malo si tenemos en cuenta el esfuerzo de la final de Copa y que nos quedamos con 10 jugadores en el minuto 40".Finalmente, Prosinecki no encontró explicación a su expulsión y lo justificó todo en lo mucho que se jugaba el Barcelona en Santander: "No se puede expulsar a un jugador como yo cuando tanto nos estamos ventilando en un partido de estas características; no es por disculparme, pero mis acciones nunca debieron servir para mandarme tan pronto a los vestuarios. No estoy arrepentido porque nada malo hice".