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Un juez anula el despido por "causas políticas" de un cargo de Cajamadrid

El magistrado Fausto Garrido González, juez de lo Social número 15 de Madrid, ha declarado la "'nulidad radical" del despido de Juan Ignacio Crespo Carrillo, de 45 años, alto cargo de Cajamadrid, por haberse producido su destitución con "vulneración de un derecho fundamental". El juez estima el despido discriminatorio y lo vincula a "causas político-ideológicas" relacionadas con la nueva mayoría de la entidad, tras la victoria M PP en las elecciones locales y autonómicas de mayo de 1995, y con la actividad de Crespo Carrillo como promotor de la plataforma No Nos Resignamos, a favor de la unidad de la izquierda.

La sentencia ha sido recurrida por Cajamadrid ante la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, según fuentes oficiales de la entidad, que atribuyeron el despido a "la rescisión de un contrato de alta dirección".También el abogado de Crespo Carrillo, el letrado José Garrido, ha anunciado que recurrirá la sentencia, por considerar insuficiente su alcance. El fallo, tras declarar nulo el despido por "haberse producido una vulneración de un derecho fundamental", condena a las entidades Corporación Caja de Madrid, Gesmadrid y Caja de Madrid a "cesar en ese comportamiento" . discriminatorio contra Crespo, piero no impone la readmisión. El juez estima que debe "el empresario y el alto directivo acordar si se produce la readmisión o el abono de la indemnización en la cuantía pactada, con abono, en caso de readmisión, de los salarlos de tramitación".

"Profesionalidad"

Ell contrato de alta dirección entre Crespo y el grupo financiero y de empresas participadas de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid se firmó el 1 de julio de 1988, a instancia de José María García Alonso, consejero delegado de la Corporación Cajamadrid, con quien Crespo había trabajado en el Ministerio de Hacienda. La sentencia declara Probado que el despedido había "realizado satisfactoriamente sus funciones" al frente del área financiera de la corporación, "interviniendo en la consolidación, creación y lanzamiento de fondos de inversión", por lo que había recibido elogios a su "profesionalidad" por parte del presidente de la entidad, Jaime Terceiro. La retribución anual era de 25 millones de pesetas.

El despido se le comunicó a Crespo el 2 de noviembre de 1995, unos días después de la incorporación al Consejo de Administración de cuatro nuevos consejeros procedentes del Ayuntamiento y la Asamblea de Madrid, como consecuencia de la victoria del PP en las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 1995. Crespo renunció a la propuesta de indemnización, "circunstancia ésta que denota su buena fe con la empresa", según recoge la sentencia.

En contraste con la satisfacción empresarial por la profesionalidad de la gestión de Crespo, los cargos de confianza desempeñados y la ausencia de críticas en los meses anteriores al cese, la sentencia describe la actividad política del despedido. "El demandante ha sido uno de los promotores de la plataforma ideológica No Nos Resignamos, cuyo primer manifiesto se realizó en febrero-marzo de 1995, que propugnaba, en síntesis, la unidad de los militantes de izquierda y la lucha contra la corrupción generalizada", dice el juez. La sentencia recuerda la intervención de Crespo en la asamblea del 26 de junio de 1995 y varías informaciones de prensa, entre ellas de EL PAÍS, que recogen su actividad, incluida. la visita al presidente del Gobierno, Felipe González, el 5 de octubre de ese mismo año.

El magistrado aplica a estos hechos la doctrina de que cuando están en juego derechos fundamentales, basta que el trabajador aporte indicios de su vulneración que, "por el mecanismo de la presunción favorable a la protección de tales derechos ( ... ), se convierte en prueba plena, si la empresa no la desvirtúa". Así pues, corresponde a la empresa demostrar que el despido fue ajeno "a todo propósito discriminatorio o atentatorio contra los derechos fundamentales".Actividad política

El juez estima que "existen presunciones suficientes para apreciar que el cese fue motivado por la actividad política" del despedido, "no desvirtuadas por la prueba de la demandada, dirigida a hacer ver que el cese se debió a razones estructurales u organizativas, pues inmediatamente de producido el cese, se ha nombrado a otra persona como gerente del área financiera". En consecuencia, estima que el despido de Crespo, "conocido por sus ideas políticas, ( ... ) ha sido debido a causas político-ideológicas, y por tanto ha vulnerado un derecho fundamental del mismo".

Crespo atribuye su destitución a la iniciativa de Miguel Blesa, "hombre fuerte en Cajamadrid, amigo personal del líder del PP, José María Aznar, y uno de los ministrables o probable alto cargo de RTVE. Según Crespo, "Blesa pidió las cabezas de García Alonso y Antonio Herrero y, como compensación, le dieron la de Francisco Zambrana y la mía".

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