Dirigentes de toda condición
Presidentes anónimos, presidentes bajo sospecha y presidentes ligados a los medios de comunicación. No existe un perfil único. Las cabezas visibles de los clubes europeos son de toda condición. En Italia existen incluso presidentes que han sido juzgados bajo la sospecha de que el fútbol ha servido para blanquear dinero negro.
El paradigma de la creciente importancia de los medios de comunicación en el control de los clubes lo ha personalizado Silvio Berlusconi en el Milan. El Juventus, en cambio, siempre ha estado presidido por un miembro de la familia Agnelli y, por tanto, estrechamente ligado a la empresa Fiat. Cecchi Gori, del Fiorentina, es, en cambio, un empresario cinematográfico.El Saint Etienne, un equipo emblemático en Francia en la década de los setenta, abrió una negra senda por la que han desfilado algunos de los presidentes de los mejores clubes galos de la actualidad. Así se han ido desgranando casos como el Bernard Tapie en el Olímpico de Marsella, el de Daniel Richter, en el Paris Saint Germain, o el de Claude Best -que ha salido hace poco de la prisión-, en el Girondins.En Inglaterra, los clubes llevan mucho tiempo funcionando como sociedades limitadas en las que el poseedor del mayor paquete de acciones se hacía con el control. Pero hay vanos empresarios que han tomado posiciones como Alan Sugar en el Tottenham. Hubo una época re ciente en la que varios hombres de negocios compraron clubes con vistas a recalificar sus estadios y urbanizar los terrenos que ocupaban. Los tiempos cambian y aparecen personajes como Ken Bates, en el Chelsea, con ansias de protagonismo.Tanto en Holanda como en Alemania y todavía más en los países nórdicos donde el fútbol no está superprofesionalizado, el cargo de presidente es honorífico. Existen excepciones como Beckenbauer en el Bayern.
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