"Madrid podría ser encantadora, pero resulta durísima"

En un lugar de La Mancha, Fernando Guillén Cuervo se estrena como realizador este fin de semana. Serán los primeros planos de su cortometraje El robo del cine Capitol, un argumento negro con reparto de lujo: Karra Elejalde, Ana Alvarez, Jesús Bonilla y Paco Maestre, colegas de profesión y, sin embargo, amigos. Tiene 33 años, nació en Barcelona y se crió en Madrid, donde vive aprovechando las ventajas de esas céntricas plazas que regalan la calma de una miniurbe. Su padre siempre recuerda -y a él se lo han contado- cómo el histórico día en que Amstrong pisó la Luna, Fernandito aterrizó a su modo, precipitándose contra el suelo desde la litera donde dormía. "Soy un iluminado", bromea. El cine le roba pelo a cambio de canas, pero lo disfruta. El teatro le ha enseñado oficio y discreción para afrontar la fama. Instalado en el Madrid de los Austrias, goza de un barrio de mercado, artistas y marujas, donde le saludan con mucho más cariño que curiosidad.Pregunta. ¿Protagonizaría una película dirigida por usted?

Respuesta. No, me falta experiencia incluso como actor. Para eso hay que ser un genio, tipo Santiago Segura, por ejemplo. .

P. ¿Con qué calificación se conformaría?

R. Es la gran pregunta. La respuesta llegará con la película acabada. Vigilar tantos elementos como componen una película es bastante complicado.

P. Ha trabajado con muchos directores, ¿qué defectos no piensa repetir?

R. Lo sabré cuando me vea en la arena, como los toreros. Intentaré ser paciente, sereno, capaz de catalizar todos los elementos artísticos, orientar al, equipo y transmitir el tono de la historia.

P. Su corto rinde homenaje al cine Capitol de Madrid.

R. Al cine en general. Capitol y cine son casi sinónimos.

P. Madrid, ¿noche o día?

R. Me gusta vivir la noche de forma equilibrada, pero, quizá porque nos vamos haciendo mayores, resulta una gozada recuperar el día. Te permite hacer un montón de cosas. Escribir, organizarte o buscar subvenciones.

P. ¿Le paran por la calle?

R. Yo soy muy discreto, lo mismo para vestir que para pedir un café. Voy a las fiestas justas y no hablo sino de mi trabajo. Noto que la gente me saluda con cariño.

P. Costumbres de un barrio especial.

R. Privilegiado, porque Madrid es una ciudad cada vez más difícil. Esta zona, los Austrias, parece una ciudad pequeña, sin tráfico ni oficinas. Madrid es divertida, cosmopolita y estresante. Tan cara como Nueva York, pero con la mitad de infraestructuras. Se lo reprocho a los gobernantes, especialmente a los municipales. Podría ser un lugar encantador, pero resulta una ciudad durísima.