Los escasos serbios que se quedaron en Ilidza quieren mancharse ahora
Los escasos serbios (2.500 son los registrados) que decidieron desafiar las órdenes de Pale y quedarse en Ilidza pasaron ayer una mala noche. Bandas de musulmanes se dedicaron al robo y a la intimidación en este suburbio que garantiza el control del aeropuerto de Sarajevo después de que pasara a manos de la Federación croato-musulmana. "Los pocos que deseaban quedarse ahora están informando a la policía de las Naciones Unidas de que no tienen otra opción que marcharse", dijo el portavoz de esta fuerza de la ONU, Alexander Ivanko.
"Parte de la gente que ha venido a Ilidza desde el centro de Sarajevo se está comportando de la misma manera atroz que algunos de los serbios antes de abandonar esta área", añadió Ivanko. La policía de la Federación, aún escasa en número (están previstos 1.800 agentes para todos los barrios que han pasado a manos bosnias), y la' policía internacional se vieron desbordadas por los hechos.El comisionado de las Naciones Unidas para dirigir esta policía internacional, Peter Fitzgerald, aseguró ayer: "Yo recomendaría a los serbios que se queden. Pero no puedo darles garantía alguna, sólo decirles que estaremos allí en un número elevado".Diplomáticos occidentales presentes en Sarajevo acusan a Radovan Karadzic de forzar el éxodo y ordenar la quema de edificios.
Miembros de las organizaciones humanitarias presentes en Ilidza han preparado una casa segura para los ciudadanos serbios que necesiten protección mientras no se normalice la situación. La razón de los incendios de antes y de las intimidaciones de ahora es, a juicio de estos trabajadores humanitarios, la escasa presencia de tuerzas multinaciones bajo mandato de la OTAN. Para prevenir incidentes similares, el mando de la Alianza acordó el martes el despliegue de sus tropas en Ilidza y Grbravica.
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