Felipe, con la cabeza alta

Los sondeos se han vuelto a equivocar. Dado como perdedor con creces, como ya sucediera en 1993, Felipe González ha estado a punto de dar una sorpresa. ( ... ) Con el 37,48% de los votos, puede dejar el poder con la cabeza alta. Él, que habría preferido no encabezar esta campaña, la séptima desde 1977, no podía soñar un resultado mejor. El PSOE se regala una cura de oposición, pero en una posición de fuerza. Para José María Aznar es uno de los peores resultados. Falto de "nueva mayoría", por usar el eslogan de su partido, la derecha, como los socialistas hace tres años, está forzada a entablar espinosas negociaciones con los partidos nacionalistas, especialmente con el de Pujol. ( ... ) A pesar de los escándalos que han jalonado la última legislatura, el presidente del Gobierno no tiene, en efecto de qué avergonzarse del balance de sus trece años en el poden Deja un país profundamente modernizado, enraizado en Europa y democráticamente consolidado. De la misma forma en que la llegada al poder de la izquierda en 1982 marcó una importante ruptura con la salida del franquismo, la victoria de la derecha en 1996 es, sin duda, necesaria para rematar la ejemplar -transición democrática española. Con la llegada a La Moncloa del Aznar, que no tiene el poder de seducción de González, los españoles han pasado la página de la época heroica del posfranquismo para entrar en una fase normalizada de alternancia tranquila.

5 de marzo