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De la euforia a la tensión

La Bolsa sufre la cuarta caída más grande de su reciente historia

El parqué madrileño recuperó ayer parte del colorido de antaño ante la masiva afluencia de inversores. Conocidos los resultados de las elecciones legislativas, era obvio que alío iba a pasar y que no iba a ser bueno, ya que en los últimos días se apostó al calor de las encuestas por un beneficio fácil y el electorado no optó plenamente por esa opción. El índice se había disparado con máximos diarios. Ayer la euforia dio paso a la tensión. Desde antes de abrirse la sesión eran las quinielas políticas las que enfriaban el ambiente con un único mensaje que obligó a desmontar posiciones. Los que entraron al mercado confiados en las encuestas o en su ideología tuvieron que dar marcha atrás, coincidiendo en ese movimiento con numerosos traders europeos, vocablo que puede traducirse bien por especulador.

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El primer movimiento del índice acarreó una caída de 18,79 puntos (un 5,43%), que ocupaba el cuarto lugar en el ranking de descensos de la Bolsa madrileña desde que se modernizó el mercado, después de los descalabros del crash del 87, del golpe de Estado en la ex Unión Soviética de 1991 y la invasión de Kuwait por Irak en agosto de 1990. Este papel de los primeros momentos no era sólo el reconocimiento (le un error puntual, que habría permitido cierta espera para recuperar el dinero, sino la evidencia. de una vuelta a una situación de ingobernabilidad peor que la de los últimos meses del Gobierno socialista, en opinión del parqué. La posterior intervención de José María Azñar en una conferencia de prensa no consiguió tranquilizar a los mercados.

Los profesionales del mercado aprovecharon esos primeros momentos de ventas por lo peor para picotear en algunos valores cuya caída les pareció excesiva para proceder a su posterior venta, cuando el papel cedió en su empuje. Estos movimientos intradía han sido numerosos y en parte explican la liquidez y el histórico volumen de esta sesión,. 93.675 millones de pesetas 6ectivas, impensables sin este tipo de operaciones.

Una vez efectuados los primeros ajustes, el parqué madrileño se convirtió en un foro político en el que la ideología, y los deseos de cada cual trataban de acomodar el futuro. Por un lado estaban el pacto natural entre las fuerzas de derechas, estatales y nacionalistas, y por otro, la negativa visceral a esa posibilidad y, mientras tanto, la entrada horaria de los brokers norteamericanos llevaba al índice general a una caída de 20,01 puntos, el 5,78%, que ya era la tercera en importancia en la historia reciente de la Bolsa. Al cierre del mercado, la Bolsa de Madrid perdió un 4,86%, volviendo al cuarto puesto la cuarta 16,84 puntos.

La apertura la alza de la Bolsa de Nueva York, que llegó a subir hasta 50 puntos, no sirvió de nada en un mercado que, por primera vez en muchos meses, miraba hacia plazos más largos. La presión de] papel continuó denunciando una situación de posible ingobernabilidad que había sido, precisamente, la causa de estas últimas elecciones. La inversión extranjera, apoyada en buena parte en los informes de los analistas españoles, . había apostado por un. Gobierno estable y unos datos de convergencia con los- acuerdos de Maastricht, algo que. ayer parecía más lejano que nunca. Con todo, lo peor puede que aún no haya llegado, ya que en este cambio de escenario no está recogida la decisión de las instituciones, más lentas en la adopción de medidas y que pueden proceder al desmantelamiento de sus posiciones en los próximos días.

La sesión ha dejado a los inversores con la miel en los labios, ya que el índice general de Madrid se encontraba a menos de 13 puntos de su nivel máximo histórico después de subidas contínuas en días pasados. La imposibilidad de lograr un Gobierno estable ha terminado, por el momento, con las expectativas de mejora, al tiempo que abre un amplio paréntesis en el que la opinión de la inversión extranjera sobre el panorama político español va a ser definitiva.

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