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La cita anual con el Cristo de Medinaceli junta a 300.000 devotos

Alrededor de 300.000 personas acudieron ayer a la iglesia de Jesús de Medinaceli, siguiendo una tradición católica fuertemente arraigada en Madrid. Las colas de fieles se desplegaban hasta la plaza de Antón Martín y zigzagueaban por calles y plazas contiguas, a lo largo de miles de metros. El príncipe Felipe de Borbón acudió a rezar ante la imagen de Jesús de Medinaceli, en nombre de la familia real española, alguno de cuyos miembros acude todos los años el primer viernes de marzo.A las diez de la mañana, el Príncipe fue recibido a las puertas de la basílica por el párroco, Manuel Muñoz, un religioso franciscano, orden que regenta el templo. El Príncipe se arrodilló en un reclinatorio reservado para él y oró unos minutos ante la imagen, una talla del siglo XVII.

Desde la noche del jueves había ya largas colas a la espera de entrar a besar la imagen. Las personas que llegaron a las seis de la mañana a la cola tardaron cuatro horas en acercarse hasta la imagen, lo que da idea de la dimensión de las colas. A mediodía se calculaba que habían pasado ya 100.000 personas, y las colas llegaban hasta Antón Martín. El párroco declaró que desde las doce de la noche del jueves hasta las doce de la noche de ayer habrían besado los pies de Jesús de Medinaceli más de 300.000 personas.

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