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La Guardia Civil asalta un piso de dos mujeres a la que confundió con miembros del 'comando Madrid'

Un grupo de guardias civiles, enmascarados y armados con metralleta, asaltaron a las cuatro de la madrugada de ayer un piso del barrio de Vallecas ocupado por dos mujeres -una de ellas profesora de BUP- creyendo que formaba parte de la infaestructura del comando Madrid de ETA. Los agentes tiraron la puerta con un mazo y, tras sorprender durmiendo a las jóvenes, registraron la vivienda. La operación, autorizada por el juez de la Audiencia Nacional Carlos Bueren, se basó en 'Informaciones procedentes del País Vasco" que vinculaban esa casa a ETA, según la Guardia Civil. Fuentes policiales achacan este patinazo al afán del Gobierno por obtener un éxito de cara a las elecciones.

La operación policial se produjo sobre las cuatro de la madrugada en el piso 2º C del número 4 de la calle del Pico Veleta, a unos tres kilómetros de donde ETA perpetró el último atentado con coche bomba en Madrid. Una de las jóvenes inquilinas seguía 12 horas después con el miedo metido en el cuerpo, mientras la Guardia Civil aseguraba que hizo el asalto "sin provocar excesiva alarma y con un mínimo de molestias".Las nueve familias que viven en el bloque se despertaron sobresaltadas por el estruendo producido cuando los agentes derribaron la puerta. Pero muchos, como los inquilinos del 3º C, ni siquiera se atrevieron a salir al descansillo para comprobar qué ocurría. "Mis hijos y yo nos quedamos dentro esperando a que llegara mi marido... No sabíamos qué estaba pasando", recuerda la vecina. Cuando llegó el marido, se cruzó en las escaleras con un grupo de desconocidos que le preguntaron dónde iba.

El piso asaltado está alquilado desde hace cinco o seis años, según los vecinos. Las dos jóvenes que lo ocupan ahora residen en él desde hace unos dos años. En el buzón del portal, escritos con bolígrafo sobre la hojalata, figuran dos nombres: Maite García y Elena Fernández. Pero ningún vecino sabe precisar si es la identidad de las dos inquilinas, de origen asturiano, que sufrieron el asalto.

Una de las mujeres abandonó ayer el piso para irse a vivir con su madre, corno tenía previsto antes de que ocurriera el incidente. La otra, que dijo a EL PAÍS que trabaja como profesora de BUP, se mostraba remisa a hablar, pero explicó: "Los guardias entraron y registraron todo, pero no nos rnaltrataron ni nos llevaron detenidas, cuando comprobaron que se habían equivocado". No obstante, se mostró decidida a que se aclare qué fue lo que provocó que la confundieran con una etarra. Un carpintero, escoltado por cuatro guardias, remplazó la puerta rota.

Patinazo

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El patinazo de Interior se produjo por un papel intervenido por la Guardia Civil a alguno de los seis detenidos hace dos días en Guipúzcoa y Vizcaya. En ese documento hay un croquis a mano en el que figura la calle del Pico Veleta, junto a una flecha señalando el número 4 y el piso 2º C. En la misma operación del País Vasco se halló otro croquis en que aparecían la calle de Peña Prieta y el Puente de Vallecas, precisamente la zona donde el pasado diciembre fueron asesinados seis trabajadores de la Armada por un coche bomba.

La autorización fue concedida por el juez Bueren después de que la Guardia Civil le mostrara un croquis en el que figuraba "el lugar exacto del atentado" de Vallecas y la dirección del piso del Pico Veleta, según fuentes jurídicas. Interior creía que éste formaba parte de la infraestructura del comando Madrid y que era "urgente" asaltarlo.

El juez Carlos Bueren se negó a autorizar la entrada y registro en otros cinco domicilios, porque la Guardia Civil no documentó tales peticiones.

Expertos antiterroristas creen que en esta ocasión se actuó "con precipitación" y que lo adecuado, antes de asaltar el piso, hubiera sido seguir y controlar antes a las dos inquilinas.La psicosis desatada por el comando Madrid provocó a mediodía de ayer un fuerte despliegue policial en un mercado de Santa María de la Cabeza, en el barrio de Embajadores, después de que una persona creyese reconocer al etarra Jon Bienzobas, Karaka, presunto asesino de Francisco Tomás y Valiente. Interior sospecha que a éste lo apoyan Idoia Martínez y María Jesús Arriaga.Por otro lado, el parlamentario de Herri Batasuna Mikel Zubimendi está fuera del País Vasco y en paradero desconocido desde hace dos semanas, según fuentes policiales. Éstas sitúan en el norte de Europa al portavoz de Jarrai (rama juvenil de KAS), informa Aurora Intxausti. HB confirmó que el parlamentario ha decidido vivir en Dinamarca.Zubimendi, natural de Bergara (Guipúzcoa), fue elegido parlamentario vasco en las elecciones autonómicas de 1994. Durante cuatro meses fue inhabilitado en su cargo por haber lanzado cal viva al escaño del consejero socialista Ramón Jáuregui.El dirigente de Jarrai es uno de los 13 miembros de KAS denunciados por el fiscal del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco por presunta colaboración con banda armada y provocación al asesinato.

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