Reflexiones
La importancia que han adquirido los debates en los medios de comunicación entre los candidatos a ocupar la presidencia del Gobierno es cada. día de una mayor trascendencia debido principalmente a dos razones: la primera, porque permiten a los ciudadanos tener un conocimiento de las propuestas programáticas que a posteriori se aplicarán en nuestro país durante cuatro años, y la segunda, porque en ellos se demuestra la talla política y la capacidad de los aspirantes ante las dificultades.Sin embargo, el señor Aznar está cerrando, al conjunto de los españoles, la posibilidad de que se produzca un debate entre los representantes de las dos fuerzas políticas de las que con toda certeza saldrá el próximo presidente del Gobierno. Mientras tanto, el elector sigue teniendo un conjunto de dudas, razonables en unas elecciones tan discutidas, preguntándose constantemente: ¿por qué debo votar al señor Aznar?, ¿mantendrá el señor Aznar los sistemas públicos actuales de pensiones, sanidad o educación?, ¿debo votar al actual Gobierno que ha hecho posible la universalización de estos servicios o debo cambiar mi voto y hacerlo a favor de quien no me da cuentas de sus actuaciones futuras y que en realidad sólo parece querer imitar lo que otros han consolidado?, ¿qué tipo de actuaciones en política antiterrorista adoptará un Gobierno del Partido Popular cuando en sus años de oposición se han encargado de desarticular impunemente los sistemas de seguridad del Estado, sin tener en cuenta los intereses generales del país y que deberían haber ido mucho más lejos que las pretensiones particulares de un grupo político?
Si el señor Aznar no asume, por conveniencia partidaria sin tener en cuenta la necesidad de los electores o por cualquier otra razón que quizá se me escape, un debate con el actual presidente, ¿quién nos garantiza cómo reaccionaría en situaciones difíciles que indudablemente tendrá si llegara a gobernar España?
Probablemente tendrá que sentarse a negociar con los sectores económcos del país llegando a producirse momentos de dura tensión. ¿Qué hará el señor Aznar? Se levantará de la mesa porque no aguanta la presión o quizá evite este tipo de reuniones en las que debe defender los intereses de todos los españoles.
Si no se atreve a debatir, cuerpo a cuerpo, en un campaña electoral, quién nos garantiza su reacción ante la defensa de los intereses de España en Europa o en el mundo.
Señor Aznar, en un debate se analizan programas, se observa la manera de actuar de un candidato ante situaciones adversas y se da la oportunidad a los electores de elegir el destino de su país.
Ofrezca usted esta oportunidad de poder comparar a los ciudadanos españoles, pues un líder que se precie debe saber asumir estas situaciones y otras más difíciles que tendrá que acometer.-
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