Anginas y anoraks
Dos españolas estuvieron ayer en el eslalon y quedaron entre las 20 primeras. Mónica Bosch, la 17ª, y María José Rienda, la 18ª, de 27 clasificadas y 59 participantes. Unos puestos así, aunque parezca mentira en el deporte español después de Barcelona 92, colman todas las aspiraciones posibles. Ambas han logrado en esta prueba de los Mundiales la mejor clasificación de su vida. Mónica sólo fue 21º esta temporada en una carrera de Copa del Mundo. Aunque se recuerden sus dos medallas de oro (en eslalon y en gigante) en la pasada Universiada de Jaca sus rivales eran de ínfimo nivel. Ayer, para colmo de desgracias tras romperse la nariz hace unos meses, tenía anginas. Y claramente se vio que no arriesgó para no salirse como Cristóbal el día antes.
María José empezó a salir en eslálones de Copa del Mundo a partir de enero, porque sólo hacía gigante. Como es granadina, cuando llegó a la meta tras la segunda manga con el peor tiempo pareció que ganaba la medalla de oro. Los aficionados son así de generosos. Entre ellos estaban los federativos y su presidente Segismundo Fraile a la cabeza. Siguen paseando sus brillantes anoraks y colándose en remontes o telecabinas con su acreditación de vips. Como estamos en España se justifica que haya más y hasta las prebendas, pero también están bien entrenados. Aún se les puede recordar cuando presenciaban el anterior ridículo olímpico de Lillehammer 94 triplicando en número a colegas con la mayor tradición alpina. Ahora andan tan orgullosos dando besos a las mismas esquiadoras que en una carta calificaron hace sólo unos meses al primer mandatario de "incompetente, negligente, irresponsable e incapaz".
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