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La sanidad pública británica sufragará las madres de alquiler

Isabel Ferrer

La primera madre británica de alquiler atendida directamente por la seguridad social, dará a luz en el hospital King's College de Londres. Dicho centro ultima con las autoridades sanitarias locales la forma de sufragar la concepción -mediante fecundación artificial- y el parto.Los contratos de subrogación maternal con fines lucrativos son ilegales en el Reino Unido. No obstante, a la vista del creciente número de parejas que los cierra a efectos particulares, la Asociación Médica Nacional ha modificado su postura al respecto. Sus nuevas directrices, recién publicadas, sugieren su aceptación por la medicina pública, "cuando constituyan el último recurso para tener hijos".

La identidad concreta de estos futuros padres y la madre alquilada se mantienen por ahora en secreto. El propio King's College ha reconocido, eso sí, que una operación ha incapacitado a la que será "madre social" del bebé para tener sus propios hijos. En los actuales acuerdos privados, la gestante recibe cerca de un millón de pesetas para dedicarse por entero a cuidar del embarazo. En este caso, no se sabe aún si Sanidad abonará también dicha suma. "Las negociaciones no están cerradas", ha dicho John Parsons, Jefe del Centro de Fecundación Asistida del King's College.

Este grupo atendió en 1985 a Kim Cotton, la primera mujer inglesa que tuvo un hijo para otra pareja. Desde entonces, suele remitir unos cinco casos al año a los intermediarios particulares dispuestos a gestionar un parto de alquiler. Entre los más conocidos figura el fundado por la propia Cotton y que suma ya 150 nacimientos por este sistema desde 1988.Directrices médicasCon el anuncio del futuro acuerdo público, la asociación médica ha presentado sus nuevas directrices en este campo. Ahora aconseja al ginecólogo que anime a la pareja a mantenerse en contacto estrecho con la madre de alquiler. Al conocerse mejor, podrán prevenirse conflictos posteriores como la negativa a ceder el bebé o nuevas peticiones económicas. Hasta el momento, se prefería que ambas partes hicieran vidas separadas, "para evitar posibles problemas psicológicos". La propia Kim Cotton, que ha tenido dos hijos así, señala que era un error. "A mayor relación, mejores resultados. El lazo entre las dos madres sólo puede ayudar al niño en su posterior desarrollo emocional", ha comentado.

Portavoces de la sociedad médica también han pedido que se supervise mejor la calidad del consejo ofrecido por los intermediarios a las parejas. Ha habido casos de niños subnormales rechazados por los padres que pagaron para tenerlos. "Si Sanidad canaliza estos embarazos desde el principio, ambas partes dispondrán de buenos psicólogos y atención sanitaria. Con ello tal vez podrían solucionarse dramas de esta índole", afirman.

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