Una cuestión de tilde
Los teóricos de la ciencia política vienen advirtiendo un fenómeno singular en las democracias occidentales, a saber, la progresiva confluencia ideológica de los distintos partidos contendientes en la arena electoraI con posibilidades reales de gobernar. Las diferencias que en la actualidad existen entre socialdemócratas, democristianos o liberales -para entendernos, entre derecha e izquierda- son de matiz o de acento.Me complace comprobar cómo España se ha sumado a tal corriente europea con singular entusiasmo. Pero en nuestro país todo adquiere un tinte agónico y, acaso, una vez más, nos hayamos excedido. Tras confirmarse la inclusión en las candidaturas de Barrionuevo, me temo que la distinción entre socialistas y populares ya es meramente de tilde: o Pepe (Barrionuevo, claro) o el PePé.-
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