Los sueños salvajes de Tina Turner
La 'abuela del rock' canta a dúo con Antonio Banderas en su nuevo disco, 'Wildest dreams'
Como una exhalación, la fuerza indómita de Tina Turner ha dejado su huella en Madrid, donde su presencia no ha llegado, siquiera, a las 24 horas. El motivo de tan urgente y rápida visita de la Reina del rock and roll, la mujer que más lejos lo ha llevado, no ha sido otro que anunciar la salida de su nuevo disco, el primero en estudio después de media docena de años, para el próximo 1 de abril y que se titulará Wildest dreams (Los sueños más salvajes). Una larga gira europea la traerá a España, a mediados de septiembre, para actuar en Barcelona.
Al contrario que un recital suyo, donde puede pasar de todo y donde ni ella parece ser capaz de controlar su natural fuerza y exuberante fiereza, Tina Turner tiene todo controlado y organizado cuando se trata de una fugaz visita promocional. Para empezar sabía que en España se la iba a preguntar en primer lugar sobre la participación de Antonio Banderas en su nuevo disco.
La estrella americana se traía casi las respuestas preparadas, y con un "Antonio es demasiado joven para entrar en mis sueños salvajes" (en alusión al título de su disco y de la canción donde el mala gueño canta) justificaba que no se hubieran visto ni para grabar el susurrante "mi corazón palpita por ti" que el popular galán introduce en español, entre otras frases, en la canción.
No ha sido lo único que en la apretada agenda de la cantante estaba escrito de antemano. Llegó en la medianoche del miércoles al jueves procedente de Londres, donde ha instalado su cuartel general mientras se terminan de mezclar las canciones del disco y ella acomete la promoción europea, sabiendo que no iba a ser molestada hasta las tres de la tarde del día siguiente (ayer, jueves). Como sabía que, tras una breve tanda de entrevistas en su lujosa suite del hotel Ritz y antes de salir para grabar un especial en TVE, tendría que comparecer unos minutos ante la multitud de cámaras de televisón, fotógrafos y, periodistas que se apretujaban al pie de la escalera del hotel.
Así que se tomó con calma la mañana libre, que aprovechó para descansar, algo que hace ahora a menudo y que empieza a reconocer como uno de los secretos de su eterna juventud: "Siempre he dicho cuando me preguntan por mis piernas y vitalidad que no tengo ningún secreto, ni de dieta, ni de ejercicio especial, que con la actividad de mi profesión me basta para estar siempre en forma, pero últimamente le doy, más importancia al descanso y a una dieta a base de verduras, sin grasas ni sal, pues ya me estoy haciendo mayor".
Además de Banderas, en su nuevo disco destaca la participación de Sheryl Crow y de Sting. La mayoría de las canciones han sido, producidas por Trevor Horn, el mago que en los ochenta revolucionó las Pistas de baile con Frankie Goes To Hollywood. "No quiero parecer tan creída como para pensar que a mi no me hace falta contar con famosos para que se hable de mis discos. Me encanta que ahora surjan estas colaboraciones, igual que a mí me gusta aparecer en los discos de Bowie o Jagger", comenta.
Tantos años de carretera la han dotado de una madurez sosegada que no disimula ni con los aspavientos de sus brazos, sus sonoras risotadas o sus coqueteos colocándose constantemente el pelo. "Creo que he llegado a una edad y tengo el suficiente bagaje como para que se me considere una artista respetada".
La abuela del rock, que el pasado noviembre cumplió 57 años, sigue creyendo que la rebeldía aún es inherente a la música de los jóvenes, llámese como se llame: "Si no hay rebeldía en el rock, da igual porque la hay en otras manifestaciones más nuevas, y en cierto modo dedico mi disco a los chavales con gorrita y camiseta que desde sus bicicletas me cantan raps en las puertas de mi casa; aquí hay muchas canciones que ellos pueden bailar como lo hacen ahora en las calles. Yo creo que aún soy una rebelde".
Tan atractiva, simpática y optimista ("el nuevo siglo va a traer un cambio positivo") como ha acostumbrado a sus seguidores, Tina dedicó sus mejores poses a los reporteros gráficos que la apabullaron con sus flashes, entró en su limusina y se fue a hacer su tele. Después salió para Londres. Tal como estaba previsto.
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