_
_
_
_

Yeltsin quiere utilizar la guerra de Chechenia para mejorar su imagen en las presidenciales

Pilar Bonet

El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, parece dispuesto a ceder ante las presiones de sus estrategas electorales y proponer un plan de paz para la república rebelde caucásica de Chechenia con objeto de mejorar su imagen y ganar un apoyo sustancial -y tal vez decisivo- en los comicios presidenciales del próximo junio. Después de los sangrientos sucesos de Kizliaw y Pervomáiskoie, que convirtieron a Daguestán en un nuevo escenario de los enfrentamientos entre los independentistas y las tropas federales, la guerra de Chechenia se ha convertido en la principal preocupación de los rusos, según manifestó el sociólogo Leonid Sedov, del Centro de Estudios de la Opinión Pública de Moscú (CEOP).

Sacar a las tropas de Chechenia, tal como desean los sectores reformistas que han comenzado a recoger firmas con este objetivo, es una gran tentación para Borís Yeltsin en vísperas de las presidenciales, con independencia de cuál vaya a ser el efecto a largo plazo.La retirada de las tropas es la idea que goza de mayor popularidad entre la población rusa, según unos recientes sondeos del CEOP. Un 30% de los rusos está a favor de retirar las tropas y organizar un bloqueo a la república rebelde y un 17,5% lo está a favor de retirar las tropas y darle la independencia. Mientras tanto, un 20% de los rusos es partidario de resolver el conflicto de forma pacífica mediante negociaciones; otro 20%, lo que constituiría el sector duro, está a favor de continuar la operación bélica hasta la victoria, y sólo un 4% es partidario de dejar que los actuales dirigentes chechenos leales a Moscú resuelvan el conflicto.

Un 75% de los rusos considera que la actuación de Yeltsin en Chechenia es insatisfactoria. Si el actual presidente consigue la paz, los dividendos electorales pueden ser suculentos, ya que el apoyo a Yeltsin en las urnas puede verse aumentado en un 15%. Si Yeltsin lleva la guerra hasta la victoria final y hace caso a los duros, las ganancias son sustancialmente menores, y el apoyo social se incrementaría tan sólo en un 5,5%. Según Leonid Sedov, lo máximo que puede esperar el actual líder ruso en las mejores condiciones posibles es que le vote un 24% de la población.

La iniciativa para acabar con la guerra de Chechenia, que no viene acompañada de un plan de acción concreto, ha sido lanzada por el gobernador de la provincia de Nizhni Nóvgorod, Borís Nenitsov, que entregó a Yeltsin el certificado notarial de haber recogido un millón de firmas. La iniciativa de Nemtsov, a la que se sumó este fin de semana el liberal Yegor Gaidar, ha sido acogida con escepticismo en los medios militares. El comandante en jefe de las tropas rusas en Chechenia, Viacheslav Tijomírov, ha manifestado que la retirada sería un "cambio radical", y ha señalado que es demasiado pronto para fijar un calendario El hombre de Moscú en Grozni, Doku Zavgáiev, manifestó a fines de la semana pasada que la retirada puede comenzar dentro de 15-20 días.

Por su parte, el prestigioso general Lev Rojlin, que dirige el comité de Defensa de la Duma (Cámara baja del Parlamento), ha advertido que si las tropas se retiran existe el peligro de que se produzca una situación peor que la actual en Chechenia.Un pequeño territorio

Para Rojlin, no sería problemático que el general Dzhojar Dudáiev se conformara con mandar en Chechenia, pero la situación, a su juicio, no concluiría así. Ichkeria, como Dudáiev llama a Chechenia, comprende no sólo el territorio de la república rebelde, sino también "casi todo el Cáucaso del norte, parte de las provincias de Stávropol y Krasnodar y parte de la Transcaucasia".Rojlin pronostica que Dudáiev "continuará su acción, tratará de extenderse, de unirse con los Estados musulmanes, con Azerbaiyán y Abjazia", y el problema se vería agravado por el hecho de que "los países musulmanes, entre ellos Turquía, ( ... ) llenarán Chechenia de armas".

Por otra parte, la multitudinaria manifestación que se celebraba en Grozni desde el domingo se disolvió ayer por la tarde ante la contundente advertencia de los carros de combate rusos, que comenzaron a avanzar hacia los manifestantes. El mitin era el mayor que se celebraba desde que Dudáiev y sus hombres fueron expulsados de Grozni hace un año.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_