LA CARROZA DE ANDREOTTI
Giulio Andreotti, senador vitalicio y siete veces presidente del Gobierno italiano, incurso en dos procesos, uno por supuesta asociación mafiosa y otro como presunto inductor del asesinato de un periodista, se ha declarado convencido de que, con el tiempo, se sentará a la diestra de Dios Padre. Citando a su tía -grado éste de parentesco del que echan mucha mano los políticos italianos, y no hay más que acordarse de las cinco monjas de la familia de Silvio Beriusconi que tanto llevan rezado por él-, Andreotti ha asegurado que "al paraíso no se va en carroza". Y ha añadido: "Dado que me bajé de la carroza hace tres años, creo que puedo ir al paraíso". Después de tanto avatar jurídico y procesal, el otrora omnipotente político asegura que, a sus 77 años, piensa más en el otro mundo que en éste, y dice que le gustaría vivir lo suficiente para ver triunfar la verdad. Eso siempre que no piense que un hipotético triunfo de su verdad llevaría aparejada una nueva carroza. No fuera que, después de tanto entrenamiento, acabara jugándose el paraíso.-
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