El Espanyol da muestras de flaqueza ante la Real
La Real dejó la temporada pasada al Espanyol fuera de Europa. No le dejó vencer en Sarriá. Ayer, tampoco. El equipo donostiarra descubrió que el equipo de Camacho está agotado, cansado, que está pagando el enorme desgaste físico u psíquico que ha derrochado durante un infernal mes de enero. La imaginación y la frescura se tambalean. El Espanyol necesita un descanso. No es una sorpresa: es hasta humano. Los blanquiazules han disputado 10 encuentros en 30 días sin tener un solo día de fiesta. Está el equipo empachado de fútbol y con las ideas muy espesas.El Espanyol de ayer no fue el ole las mejores tardes. Tuvo una actuación más que discreta. Y sólo llevó pólvora hasta la portería de Alberto cuando el partido agonizaba.
No todo fue demérito blanquiazul. La Real se codearía con el líder si la Liga hubiera empezado en el 96. Es un claro valor en alza que resurge de la misma forma que el Espanyol decae. Irureta ha hecho un milagro: es un grupo serio, tremendamente sólido, concentrado hasta extremos envidiables. Sin fisuras y sin concesiones a la galería.
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