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La voz sensata de un alcalde en medio de la demencia

"Si se llegara a descubrir la existencia de fosas comunes en el territorio bajo mi: jurisdicción, me faltaría tiempo para pedir un billete para La Haya". Así de rotundo se expresa Pedrag Radic, el veterano alcalde de Banja Luka,cuando dice estar convencido de que no es verdad que en la mina de Ljubija, a 60 kilómetros de su ciudad, haya restos de varios miles de musulmanes víctimas de las fuerzas serbias, según publicó recientemente The New York Times. Si la búsqueda de fosas de la muerte por parte del Tribunal Internacional de La Haya que investiga los crímenes de guerra en la antigua Yugoslavia da un resultado positivo en el noroeste de Bosnia, el alcalde de Banja Luka, como autoridad política de la zona no esperaría a ser citado, sino que acudiría voluntariamente.Tan seguro dice estar de que no hay fosas comunes en esta zona -no quiere hablar de Srebrenica o de otros puntos de los que hay sospechas- como de que en esta guerra "los serbios, al igual que los croatas y los musulmanes, no han sido angelitos". Pedrag Radic evita pronunciarse abiertamente sobre el procesamiento por crímenes de guerra y la orden de busca y captura dictada por el Tribunal de La Haya contra Radovan Karadzic y el general Ratko MIadic, máximos jefes político y militar de la República serbobosnia. Pregunta el alcalde por qué se habla tanto de crímenes de guerra en Bosnia cuando en la guerra de Vietnam "hubo un auténtico genocidio del pueblo vietnamita y no hubo ningún militar norteamericano procesado".

Pedrag Radic es, probablemente, el líder político más popular de la RS y con buenas posibilidades de sustituir a Karadzic si llega a triunfar la sensatez en la cúpula serbobosnia. Su trayectoria de hombre honesto le valió encabezar la delegación serbia que fue recibida recientemente por el presidente Bill Clinton en Tuzla, y en la que también figuraban el alcalde de llidza (barrio serbio de Sarajevo) y un patriarca ortodoxo. Radic asegura que fueron Karadzic, Mojmilo Krajisnik (presidente del Parlamento serbobosnio) y Slobodan Milosevic (presidente de Serbia) quienes decidieron que fuera a Tuzla, aunque otras fuentes recogidas en Bosnia insinúan que la Embajada estadounidense exigió la presencia del alcalde de Banja Luka en la delegación recibida por Bill Clinton y que mantuvo conversaciones con el general John Shalikaslivili, jefe del Estado Mayor conjunto de Estados Unidos.

Desde el primer día de la guerra, en el bando serbio ha habido un velado enfrentamiento entre Banja Luka y Pale. Karadzic y su gente siempre defendieron que el Gobierno y el Parlamento de la RS estuviera en Pale, un pequeño pueblo de alta montaña a 15 kilómetros de Sarajevo, porque nunca abandonaron el sueño de tener parte de la capital bosnia. Con la paz, Pale es sólo un reducto administrativo- de los serbobosnios, con un presidente que no puede salir de él porque está procesado por el Tribunal de La Haya. "No hemos presentado nuestra candidatura, pero a usted cuál le parece que tendría que ser la capital de la República serbobosnia", pregunta sonriente el alcalde de Banja Luka. La respuesta es obvia.

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