Alfombraron de rojo la Gran Vía

Estas cosas se ven en. Hollywood la noche de la ceremonia de entrega de los Oscar. Pero anoche sucedió algo muy parecido, pero en doméstico, en plena Gran Vía madrileña. El grupo teatral La Cubana, que además de geniales son unos numereros de cuidado, montaron un pollo en pleno centro de Madrid a espectadores, paseantes y mirones. Todo el público asistente al espectáculo entró al teatro Lope de Vega atravesando casi 200 metros de alfombra roja. Un pasillo bordeado de plantas y vallas protegía al público, que era recibido a sones de clarines y trompetas por los maestros de ceremonias: los periodistas José Manuel Parada y Georgina Cisquella, ambos buenos curiosos y conocedores de la noche madrileña, anunciaban a bombo y platillo a la práctica totalidad de los asistentes, informando no sólo de nombres, apellidos y profesión del espectador en cuestión, sino también alguna que otra curiosidad del personaje, que se introducía en la sala entre aplausos (unos enlatados y otros espontáneos). Para el cento en cuestión tenían permisos y autorizaciones del Ayuntamiento, a pesar de lo. cual Andreu Polo, responsable técnico del grupo teatral, fue denuncia do por la Policía Municipal, que no estuvo de acuerdo con el número de decibelios emitidos.Fueron más de 700 espectadores los que contó anoche el estreno de Cegada de amor, un espectáculo tridimensional de original factura, con el que este grupo pretende, y a buen seguro que conseguirá dado. su. historial, triunfar en Madrid.Acudió al acto un batallón de famosos. Algunos responsables de política cultural como Carmen Alborch, Elena Posa, y Juan Antonio Gómez Angulo. Y muchos rostros populares: José Luis López Vázquez, Anabel Alonso, Rappel, Cristina Higueras, Pau Riba, Las Virturdes, Jesús del Pozo, Fernando Colomo (responsable de la realización de la película incluida en el espectáculo) Lourdes Ortiz, Jaime Salom, Máximo, Vicente Molina Foix, Amparo Rivelles, El Gran Wyoming, Enma Suárez, José Luis Coll o Manuel Galiana, entre otros. Todos ellos confesaron que en algún momento de su vida habían estado, y algunos aún permanecían, cegados de amor. También hubo excepciones, como la poeta Ana Roseti o el escritor Luis Antonio de Villena, que afirmaron, quejumbrosos, que nunca les había ocurrido. Por su parte., el cantante. Ricardo Solfa también señaló que él no había estado cegado de amor, porque lo suyo es de nacimiento: "Yo soy cegado de natural".Como no podía ser de otra forma, la noche, después del pase-proyección del espectáculo, terminó en un fiestón del que darán cuenta por años las crónicas nocturnas de Madrid.