Jóvenes
Quisiera responder a la carta de Miguel Martínez, publicada en su periódico el pasado 13 de enero. Hace sólo tres años me encontraba en su misma situación, pero, a diferencia de él, opinaba, y sigo opinando, que los jóvenes sí somos parcialmente responsables de las tres lacras que nos afectan: el paro, la droga y la carestía de la vivienda, sobre todo de las dos primeras. En el caso del paro, unos por esforzarse poco en estudiar y otros por escoger carreras que el mercado de trabajo no demanda. Por lo que se refiere a la droga, sabemos todos que se trata de una opción voluntaria hacia la cual las circunstancias pueden inclinar, mas nunca obligar.Creo, además, que Miguel no acierta con las verdaderas causas del problema. La corrupción, la tecnocracia y el bipartidismo no producen la situación que estamos viviendo, sino que únicamente la hacen todavía más insoportable. La raíz de nuestros males se halla, a mi juicio, en la ineficacia de los responsables políticos y su desinterés por los problemas "extendidos", cuya solución exige un estudio minucioso, una cuidadosa planificación y la participación diligente de muchísimas personas. Como ejemplo de estas situaciones, además de las tres que ya he mencionado, podrían citarse el atasco de la justicia, el despilfarro de la sanidad, la constante vulneración de los reglamentos de circulación y aparcamiento o el persistente fraude fiscal.
Por todo ello, juzgo poco productiva la sugerencia de afiliarnos a partidos que representen nuestras ideas. Los valores de la juventud, como la tolerancia, la solidaridad y el antirracismo "son estupendos", y puede que consigan conformar una sociedad más agradable y humana, pero no una que funcione mejor. Para este fin habría que fomentar, más bien, cosas como la responsabilidad y la la boriosidad.- .
