Remontada del Espanyol en el último minuto

El Espanyol rescató un triunfo del final de un partido que no supo manejar durante casi una hora. El gol con el que dio la vuelta al marcador resume el carácter agónico del que echó mano el equipo de Camacho. Cabeceó Pacheta uno de los últimos centros a la olla con el que el Espanyol trataba de sacar las castañas del fuego. Rebotó el balón en el portero, en un defensa, no se sabía bien si había rebasado la línea, llegó Pochettino y deshizo las dudas, mientras los jugadores del Tenerife reclamaban falta tras haber sido ejecutados sumarialmente.El Tenerife gripó en la salida al Espanyol y estuvo a punto de exprimir la única gota que había caído durante la primera hora de un partido avaro con el fútbol. El equipo canario les negó el espacio para la carrera a Lardín y Benítez y el Espanyol no supo darle salida al balón. Sin espacios para el contragolpe y sin capacidad de maniobra para encontrarle la espalda a la defensa tinerfeña, el Espanyol se dio de bruces contra todas las puertas a las que llamé.

Heynkes dejó caer su disposición táctica como una guillotina sobre el partido. Su cuarteto defensivo subió líneas con plomos en los pies, sopesando cada posible error en sus salidas y poniendo cerrojos a cada callejón por los que la rapidez de los extremos del Espanyol pudieran dejarle en evidencia. Urzáiz quedó asfixiado entre los centrales, Mata y Gómez. Jokanovic se plantó en la zona de medio centro y marcó un compás lento. Por encima de su buen trato del balón, el Tenerife puso el acento en la disposición impecable de sus líneas.

El Espanyol no pudo abrir el partido hasta que Camacho introdujo los tres cambios y sus jugadores recurrieron a las acciones con cierto espíritu agónico y desmedido. La vivacidad y frescura que les distinguen había quedado congelada. Francisco, tapado por Jokanovic, no pudo abrirles horizontes a sus compañeros. Ni Arteaga ni Lardín, por las bandas, ni Brnovic, a su espalda, le dieron al capitán puntos de apoyo.

El Tenerife tampoco pudo hacer participar a sus puntas, Pizzi y Pinilla. Le bastó una falta para poner al Espanyol contra las cuerdas. No tuvo otra ocasión en todo el primer tiempo. La desorientación del grupo blanquiazul le hizo tiritar durante los primeros minutos del segundo tiempo. Pero Toni evitó que Chano sentenciara (m. 49) y Aguilera cruzó en exceso (m. 53) el último cartucho de los suyos.

Camacho no esperó demasiado para agotar los cambios. La entrada de Raducioiu en el descanso Y poco después las de Pacheta y Javi revolucionaron el esquema blanquiazul. El Tenerife perdió su perfil hierático por la izquierda por el que Alexis y Dorado no pudieron con Raducioiu y Javi. El Espanyol encajonó al Tenerife. Empezó a crear ocasiones. Muchas de ellas de forma deslavazada. Pero tal vez así descompuso el esquema del Tenerife que empezó a vivir de Ojeda y de la aparición en última instancia de alguno de sus defensores para evitar lo que el Espanyol consiguió en el último minuto.