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Baigorri firmó la separación de bienes meses antes de su desaparición

Jan Martínez Ahrens

El empresario Álvaro Baigorri Arina, de 60 años, casado y con una hija, firmó la separación de bienes con su mujer unos seis meses antes de su misteriosa desaparición el lunes 15 de enero en el aeropuerto de Barajas. Baigorri, cuya situación económica no atravesaba una etapa especialmente boyante, tenía la casa hipotecada desde hace cuatro años. Los investigadores, según fuentes judiciales, han puesto en relación estos datos y buscan si de ellos se puede inferir alguna pista que alumbre un caso que, a medida que transcurren los días, se aleja cada vez más del temido secuestro. Las claves sobre el paradero del dueño del concesionario de Audi-Volkswagen de la calle de Víctor de la Serna siguen, sin embargo, ocultas.La investigación de los documentos descubiertos en la caja fuerte de su concesionario no ha permitido establecer si la desaparición está vinculada con asuntos de dinero. El rastro se pierde en el aeropuerto el último lugar donde se le vio .Para determinar si Baigorri -por la fuerza o no- ha salido al extranjero, la policía ha iniciado un peinado de todos los pasajeros que subieron las escalerillas aquel lunes 15 de enero, cuando se dirigió a Barajas con la supuesta intención de volar a Barcelona.

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La familia insiste en que Baigorri fue amenazado antes de desaparecer

VIENE DE LA PÁGINA 1

Álvaro Baigorri jamás llegó a embarcarse en el vuelo internacional a Atenas con escala en Barcelona, el destino donde supuestamente tenía que negociar unas letras. ¿Qué pasó?

La familia insistió ayer en que Baigorri había sufrido en los últimos meses amenazas de tipo económico. "Álvaro no lo contó a la familia y tampoco lo denunció, sólo se lo dijo a unos amigos", manifestó la esposa del empresario, quien no pudo precisar a que "amigos" había informado Baigorri de las amenazas.

La esposa aclaró que la hipoteca del piso fue solicitada hace cuatro años para reunir el dinero que le permitió al empresario convertirse en el socio mayoritario del concesionario. Asimismo, la mujer explicó la separación de bienes, firmada hace seis meses, como una cautela normal entre empresarios "por si el negocio va mal".

En 1988, Industrias Baigorri, empresa ubicada en Barcelona, se declaró en quiebra. La firma había sido creada en 1974 con un capital social de 38 millones de pesetas.

"No sabemos lo que ha ocurrido, en el aeropuerto se pierde la pista. No somos millonarios. Vivimos como una familia normal", manifestó la esposa.

El día de su desaparición, Álvaro Baigorri salió de su piso en el barrio del Retiro. El hombre vestía un traje y llevaba en la mano una bolsa de El Corte Inglés. Cogió un taxi y se dirigió al aeropuerto de Barajas. La reconstrucción policial establece que llegó a coger la tarjeta de embarque, pero no subió al avión.

Entre los movimientos anteriores a la desaparición figura la visita que el empresario hizo a su concesionario que también dispone de taller durante el fin de semana, mientras estaba cerrado al público. Otro dato objeto de investigación reside en por qué en la última semana dejó de pagar con tarjeta de crédito las comidas y pasó a abonarlas en efectivo.

A diferencia de los primeros días, la idea del secuestro ha perdido fuerza entre los investigadores. De hecho, del caso se ha retirado la Unidad Central Antiterrorista, cuya intervención se originó ante las sospechas de que ETA o los GRAPO estuviesen detrás de la desaparición. Esta hipótesis ha quedado relegada.

Tampoco obtiene demasiado crédito la posibilidad de un chantaje. La falta de petición de rescate ha debilitado esta hipótesis. Los investigadores, sin embargo, prefieren mantener las cautelas, dado que, según fuentes judiciales, en cualquier momento el caso puede dar un vuelco.

De momento, es una incógnita. La edad del empresario, su fama de hombre tranquilo y trabajador, sin problemas familiares aparentes, no casan con una huida precipitada. De ahí que la investigación tienda a reconstruir sus últimos pasos: el objetivo es determinar en qué momento se fraguó su desaparición y si ha concurrido la fuerza o si medió realmente una amenaza. Con todo, la posibilidad de que el caso muestre una faceta violenta parece, según las citadas fuentes, poco creíble.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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