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La borrasca continuará una semana más

Éste es un invierno de libro. Llueve y nieva como es propio de a Península, aunque tantos años seguidos de sequía hayan extraviado de la memoria la climatología de enero. En 1665 cayó una gran nevada en Barcelona por estas fechas. En 1918, Zaragoza registraba - 15,2 C de temperatura. En 1719, el Pisuerga se heló en Valladolid y así se mantuvo hasta primeros de febrero para disfrute de los patinadores. El Llobregat registraba la mayor avenida del siglo XIX y el Guadalquivir anegaba Sevilla en 1642. Son sólo algunas de las efemérides meteorológicas extraídas de la agenda del Instituto Nacional de Meteorología (INM). El temporal de estos días no alcanza esos extremos. Los embalses de regulación evitan en muchos casos las gravísimas inundaciones de antaño, pero las precipitaciones son del mismo tenor. En el observatorio de Navacerrada (Madrid) se han recogido este fin de semana 130 litros de nieve por metro cuadrado. Hacía 20 años que no caía semejante nevada, según el meteorólogo de turno. La ventisca era de tal magnitud que los quitanieves no actuaron; ráfagas de viento de hasta 80 kilómetros por hora desplazaban los copos de nieve "como plumas" por las laderas, formando en algunos recovecos acumulaciones de nieve en polvo de más de tres metros de altura. El domingo por la noche los observatorios de Sevilla y Jerez de la Frontera recogieron 59 y 46 litros, respectivamente. El archipiélago canario no se quedaba a la zaga. En el aeropuerto de Tenerife se recogieron el sábado 33 litros y en el de Las Palmas, 20. Por llover, hasta lo hizo en la volcánica Lanzarote: dos litros en la noche del sábado.Este frente lluvioso no tiene nada que ver con el que inundó la mitad occidental peninsular a fi nales de diciembre y principios de enero. Aquél respondía a un chorro atlántico en sucesivas on das, mezclado con aire cálido. El de ahora, según el meteorólogo Ángel Rivera, del INM, responde al paso de una borrasca fría en todos los niveles de la atmósfera, hecho que ha provocado que las intensas precipitaciones sean de nieve en el Sistema Central y en todo el Cantábrico.

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Más lluvias en el norte. La borrasca se dirige hacia la mitad norte peninsular, de modo que las precipitaciones con pérdida de intensidad se extenderán hacia Cantabria, el País Vasco y los Pirineos occidentales, según la predicción del INM.

Mejoría pasajera, Durante el jueves y viernes próximos, el régimen lluvioso será atemperado y permitirá la apertura de claros en el cielo, pero esta mejoría será pasajera. Se avecina para el próximo fin de semana otra borrasca tan intensa como la del sábado y domingo pasados. El anticiclón de las Azores, habitualmente pegado a la Península, se ha desplazado hacia el sur. Permite que el invierno, en lugar de ser helado y seco, sea el más lluvioso de los últimos 40 años al dejar. libre el paso a las borrascas.

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