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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Garaje con acceso bloqueado

Como fieles contribuyentes, todos los años pagamos la entrada de carruajes de nuestra casa (alrededor de unas 40.000 pesetas).Vivo en una calle del barrio de Hortaleza (enfrente de un- conocido hotel con parking propio). Dicha calle, en este tramo es de doble sentido y estrecha. En la acera donde se encuentra mi puerta de garaje hay una señal de prohibido aparcar tanto a la derecha como a la izquierda.

Debido a las. manifestaciones, reuniones, etcétera, que constantemente se desarrollan en dicho hotel, y sobre todo los viernes por la noche, es muy difícil acceder a mi garaje.

Hasta la fecha todas mis llamadas a la policía han sido de risa.

1. Vienen, observan y se dirigen al hotel para avisar al conductor que su coche está molestando.

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2. La policía llamó a la grúa, pero cuál fue nuestra sorpresa: se limitó a desplazar el coche de nuestra entrada de garaje, pues, según ellos, no bloqueaba enteramente nuestro vado, y si la grúa se lo hubiese llevado, parece ser que el conductor podía denunciarla.

3. Otra vez, y ante la imposibilidad de su comparecencia, me aconsejaron que pusiera una denuncia en una comisaría o a un policía. Afortunadamente, encuentro a dos policías en la plaza del Liceo multando coches mal aparcados. Procedo a denunciar, y aunque tenía la marca del coche y su matrícula no la tomaron en cuenta porque me faltaba el modelo. Desconocía que hubiera números de matrículas repetidos. 4. El viernes pasado tuve que hacer numerosas maniobras para poder entrar a mi garaje. Había coches aparcados en los dos sentidos de la calle, y uno en particular invadía mi vado unos 20 centímetros. Llamé a la policía dos veces. La segunda vez (una hora después) me dijeron que no había ningún coche mal aparcado en mi paso de carruajes. La pena fue que no me quedaba película en mi Polaroid. Cómo quieren que los contribuyentes paguemos nuestros impuestos, ya que además de no, ayudamos desconfían de nosotros-

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