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"Fregaré suelos si es preciso"

Dimitra Papandreu declara la guerra a los políticos socialistas griegos que quieren acabar con su protagonismo

ENVIADO ESPECIALDimitra Liani, la espectacular y controvertida esposa de Andreas Papandreu, ha declarado la guerra a todos los políticos socialistas que ahora, apartado su marido del poder, quieren relegarla al papel de chica de almanaque. Desde el pasado lunes, día en que dimitió Papandreu como primer ministro, la ex azafata, de 40 años, ha concedido varias entrevistas a la prensa más marginal y amarilla de Atenas, en las que desafía a todo el establishment griego.

"Fregaré suelos si es preciso, pero no permitiré que me atropellen", declara Dimitra a la revista Colt, que asegura que la familia Papandreu tiene "un plan para exterminarla" y que quiere robarle "la herencia política" del enfermo dirigente.

La desde el jueves ex primera dama, cuyas fotografías en las que parecia desnuda y en poses semipornográficas han dado a vuelta al mundo, dice estar harta de los cobardes que la atacan. "Son tan poco hombres que primero me lamen y luego me insultan", comenta tras señalar que no soporta la "asquerosidad" que se publica sobre ella. Advierte que lo guarda todo y que un día escribirá "un libro para que se vea la locura de esta época". No obstante, no piensa querellarse contra nadie. "Soy una mujer que siempre se defendió mejor que diez hombres juntos".

En otra entrevista, recogida por el diario To Onoma, Dimitra reconoce que, como cualquier joven de su generación, se bañaba desnuda y que ha tenido "10 o 15 novios" en su vida, dato éste que, aclara, "conoce de sobra Papandreu". Sobre las fotos del escándalo dice que algunas se las sacó el propio Papandreu, pero que la mayoría son de su ex marido. "El círculo de Yorgos Katsaevas, el marido de Sofía Papandreu [hija del primer marimonio del ex primer minisro], fue quien sacó las fotos a a publicidad".

En otro momento, la ex primera dama asegura no tenerle miedo al futuro: "¿Qué pueden hacerme? ¿Echarme a la hoguera? Que me quemen. ¿Ir a la cárcel? Que me encierren. No me asusta nada". Mimí, como la llaman los amigos, insiste que tiene la psicología del kamikaze y que no le importa que mañana le "cuelguen", ya que sólo teme a Dios. Sobre su fe religiosa, Dimitra reconoce que se cayó del caballo en 1988 en Londres cuando Papandreu fue operado a corazón abierto: "Me hice creyente de puro miedo, cuando en esa época me jugaba el todo por el todo en medio de la soledad y la inseguridad, una época parecida a la de ahora".

Desde su boda con Papandreu en 1989, Dimitra no ha ocultado sus ambiciones políticas, que incluían presentarse a diputada por el Partido Socialista Panhelénico (Pasok) en las elecciones de octubre de 1.997. Su marido le había nombrado su jefa de gabinete, y desde ese cargo se convirtió en un auténtico filtro de las visitas e informaciones que recibía el patriarca de la política griega. Ahora dice que no participará en política en ausencia de Papandreu, aunque no sabe si lo hará dentro de cinco años. De momento parece resignada a vivir en soledad en Villa Rosa, una suntuosa residencia que costó más de 160 millones de pesetas, con más de media docena de cuartos de baño y varias piscinas. Dimitra fue convencida el pasado sábado por el ministro portavoz del Gobierno, Telemakos Hytiris, y el legendario secretario de Papanreu, Andonis Laanis, para que aceptase la renuncia e su marido.

Mientras tanto, Dimitra sigue siendo la única persona, junto con Sofía, la hija de Papandreu, que permanece al lado de éste desde que fuera hospitalizado el pasado 20 de noviembre. El celo que pone en el cuidado del enfermo, que le ha llevado a vestir un uniforme de enfermera de color celeste, ha empeorado aún más sus relaciones con los hijos de Papandreu. Un hijo de éste, Nikos, ha dicho que ya habrá tiempo de ocuparse de ella, y el diputado socialista Antoni Drosavanis le ha recomendado Iavarse la boca antes de referirse a la familia de Papandreu".

En Atenas hay opiniones para todos los gustos sobre el úItimo y tórrido amor de Papandreu, pero todos coinciden en que Dimitra le es fiel. Entre otras cosas, explican, porque, si no fuera así, no sólo se sabría ya con quién, sino dónde, cuándo, cómo y por qué.

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