Tócala, Woody

Mucho antes de que Allen Stewart Konigsberg, nacido hace 60 años en el barrio neoyorquino de Brooklyn y más conocido como Woody Allen, vendiera su primer chiste e incluso mucho antes de que soñara con hacer una película ya estaba rebuscando en las viejas tiendas de discos detrás de la música de Nueva Orleans: el jazz. "A mi me hubiera gustado ser yo, pero siendo Charlie Parker", confesó hace años. "Me doy cuenta de que no tengo mucho talento musical. Y no es modestia. Probablemente, no les gustaré. Pero tengo entusiasmo, cariño y obsesión por la música". La advertencia -pronunciada por el cineasta en Londres hace un mes durante la presentación de la gira que ahora le trae a España- no ha calado y las 1. 300 entradas, para el recital que Woody Allen y la New Orleans Band ofrecerán en Barcelona, el próximo 26 de febrero se agotaron el lunes en seis horas. Hoy se ponen a la venta las 1.800 localidades del recital de Madrid que -patrocinado por Canal + y EL PAÍS- sé celebrará el 25 de febrero en el teatro Monumental. Es la primera vez que el cineasta neoyorquino, siempre, reacio a salir de su isla, Manhattan, viaja a Europa para tocar con un grupo de jazz. Además, es la primera vez que pisa España.

Allen, que se mantiene fiel a su clarinete Albert System -un. instrumento antiguo de tubo ancho que se basa en un método de digitación practicamente fuera de uso-, dejará sin música al Michael's, el pequeño bar de Nueva York donde actúa cada lunes desde 1971 y que se ha convertido en parada, obligatoria de todos los beatos del cineasta. En 1977 ni siquiera la entrega del Oscar por Annie Hall logró disuadirle para que no acudiera a su cita en el Michael's. Pero desde entonces ha llovido mucho sobre la cabellera pelirroja del cineasta judío y ahora ni un mes de gira por Europa, lejos de Central Park y sus eternas obsesiones, parecen inquietarle. "Lo hago por placer y porque me encanta tocar el clarinete. No voy a ganar mucho dinero, sino más bien divertirme actuando todas las noches durante un mes. Pero no me pondré nervioso porque no se trata de aparecer en solitario contando chistes, como lo hice en el pasado, sino de tocar jazz con un grupo de profesionales. Es la audiencia la que tiene que tener el coraje, de escucharme". La gira arranca el 24 de febrero en San Remo, sigue en Madrid y Barcelona, y, tras pasar por Ginebra, Viena, París y Francfort, concluirá en Londres el 18 de marzo.

Woody Allen, que ni lee ni escribe música, ensaya todos los días dos horas en su duplex de la Quinta Avenida. "A veces, cuando un rodaje me impide ensayar, he llegado a la habitación de un hotel y he tocado tapado totalmente con el edredón. No es algo extraño, sólo es que no quería ofender a mis vecinos". El cineasta nunca habla cuando está mano a mano con su clarinete. "No me gusta saludar y hacer reverencias", dice, "Vengo a tocar. Para mi es algo serio".

Woody Allen y la New Orleans Band el día 25 en el Teatro Monumental (Atocha, 65). Precio: de 5.500 a 4.000. Venta en Madrid Rock.