Bruselas aprueba, con condiciones, la alianza entre SAS y Lufthansa

La Comisión Europea aprobó ayer la alianza estratégica entre dos monstruos de la navegación aérea continental: la alemana Lufthansa y la escandinava Scandinavian Airlines System (SAS), segunda y tercera del ranking europeo. La alianza no supone una fusión, sino la creación -al 50%- de una nueva empresa que ostentará la exclusiva de los servicios regulares de ambos socios, e integrará sus políticas comerciales y tarifarias en el mercado europeo.

Fuera de la Unión Europea, la alianza será aún más estrecha, pues pretende integrar completamente los servicios de las dos compañías y sus tarifas, así como la planificación de las, redes internacionales.El permiso de Bruselas, otorgado a instancias del comisario de la Competencia, Karel Van Miert, va acompañado de una serie de condiciones para evitar que el nuevo grupo atente contra la competencia de otras compañías.

El peligro de que eso sucediese era particularmente grave en las líneas Düsseldorf-Copenhage-Estocolmo o Francfort-Estocolmo-Oslo, ya hegemonizadas por Lufthansa y SAS. Por eso, la Comisión impone al nuevo grupo la obligación de "abrir huecos horarios" en los saturados aeropuertos de Francfórt, Düsseldorf, Estocolmo y Oslo a las otras compañías. La nueva alianza deberá pues abandonar, "en la medida en que sea preciso", hasta ocho horquillas horarias en dichas plaza.

Además, se le prohibe aumentar en más de una las frecuencias establecidas en las líneas que conectan entre sí los mencionados aeropuertos (y también las de Francfort-Gotemburgo, Hamburgo-Estocolmo y Múnich-Copenhague) cuando una compañía recién llegada pretenda entrar en una de esas rutas. Las competidoras recién incorporadas tendrán también derecho a incorporarse al programa común de fidelización (viajero frecuente) establecido entre SAS y Lufthansa.

Ambas sociedades deberán asimismo cancelar sus acuerdos de cooperación con otras: SAS con la suiza Swissair y Austrian Airlines; Lufthansa, con la finlandesa Finnair para las rutas germano-escandinavas y con la sueca Transwede. Todas estas condiciones regirán hasta final de octubre del año 2002.

Los argumentos utilizados por el ejecutivo comunitario para el visto bueno son similares a los empleados cuando la absorción de la belga Sabena por la suiza Swissair. Se considera que la liberalización del transporte aéreo europeo incentiva a las compañías a emprender alianzas para optimizar sus redes y reducir sus costes unitarios, muy superiores a los de sus competidoras norteamericanas y asiáticas. "La Comisión no debe impedir esas operaciones, sino simplemente asegurarse de que la competencia en las rutas afectadas no quede anulada y de que las otras empresas del sector puedan incorporarse a sus mercados", indicó en un comunicado. Los consumidores se beneficiarán del nuevo grupo por el peso específico de la red, la mejora en las correspondencias y la puesta en práctica de un programa común de fidelización, sostiene Van Miert.