El Banco de España quiere mantener los tipos de interés hasta después de las elecciones generales
El Banco de España se dispone a mantener el precio oficial del dinero en su nivel actual, el 8,75% alcanzado tras el recorte del viernes, al menos hasta después de las próximas elecciones generales, el próximo 3 de marzo. La autoridad monetaria pretende mantener durante el periodo electoral una neutralidad exquisita, como en convocatorias electorales anteriores. Después de las elecciones, el Banco de España retornará a la senda de modificaciones de tipos en función básicamente de la inflación, las expectativas de ajuste fiscal y las decisiones del entorno monetario, léase Bundesbank.
El Banco de España quiere mantener intocado el tipo de interés oficial (8,75% desde el viernes pasado) hasta después de las elecciones generales del próximo 3 de marzo. Esta estrategia, que se mantendrá salvo imponderables o catástrofe, responde tanto al deseo del Instituto Emisor de mantener una absoluta neutralidad en el proceso electoral como al convencimiento de que el ajuste presupuestario en 1996 sigue sin estar perfectamente definido y la tasa de inflación testigo -que el IPC esté por debajo del 4% en marzo de este año-, debe cumplirse a rajatabla y, precisamente hasta después de las elecciones esta condición inexcusable, que muchos analistas aseguran fácil de cumplir, no se confirmará.El recorte de tipos del pasado viernes se explica, desde esta perspectiva, como el deseo del Banco de España de adelantar la probable reducción de tipos que producirá el Bundesbank hasta marzo, puesto que se dá por cierto que la autoridad monetaria alemana hará su contribución, en la medida que lo permita la inflación, a reactivar la economía. Este seguimiento adelantado se decidió en función precisamente de la conveniencia de no tomar decisiones monetarias hasta después del primer domingo de marzo.
Además, la autoridad monetaria entiende que existe una diferencia muy elevada entre los tipos a corto en Alemania y en España. Este distancia (gráfico adjunto), un caso de curva invertida de tipos, se considera excesiva y debe aproximarse... si la inflación lo permite.
Después de las elecciones de marzo, el Banco de España analizará fundamentalmente el estado de la inflación en ese momento para decidir sobre la estabilidad o movilidad de los tipos. Si la evolución del IPC no impide per se la reducción de tipos, se tomarán en cuenta las decisiones del Bundesbank y del Banco de Francia; sin olvidar las precisiones que hasta entonces se conozcan sobre la ejecución presupuestaria. No hay que olvidar que la ausencia de Presupuesto y, sobre todo, la inexistencia de reformas estructurales que consoliden en ejercicios económicos siguientes el ajuste del gasta sigue suscitando una cierta inquietud en el Gobernador y su equipo.
Los análisis económicos, sean oficiales o privados, consideran como proyección más probable que el Bundesbank mantenga una línea de descenso de los tipos, para remontar el clima de desaceleración económica que tanto impacto ha tenido en Europa. El parón al crecimiento alemán se agudizará, además, por las exigencias de reducción del gasto público que impone la moneda única. Así, se puede llegar a la situación de que en Alemania -y en otros países europeos implicados en los ajustes requeridos para estar en la moneda única el 1 de enero de 1999- la regulación de los tipos de interés se convierta en el único recurso para estimular las economías, afectadas por una desaceleración, que un gran número de expertos económicos consideran momentánea.
Presiones
Existe un cierto acuerdo en que en España se producirá también una presión política severa para que el Banco de España reduzca el rigor monetario y contribuya a recuperar tasas de crecimiento económico en torno al 3%. Algunas de estas presiones ya se han detectado recientemente en la opinión de expertos y agentes económicos.Pero esta no es la función del Banco de España. Fuentes políticas han explicado que, después de las elecciones, será casi inevitable, sobre todo si el Partido Popular forma gobierno, que "se produzca un acercamiento entre el nuevo ejecutivo y el Banco de España para aclarar precisamente que el banco emisor, que es totalmente autónomo, no tiene como objetivo incentivar el crecimiento económico, sino combatir la inflación y mantener la estabilidad financiera y cambiaria".
Las mismas fuentes indican que nunca está demás "alejar cualquier sombra de duda", sobre todo ante Gobiernos recién nombrados.
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