'Mister Marshall' inicia en La 2 el ciclo del centenario del cine español
Desde la sonora exclamación -¡españolada!- a la más académica descripción de Bardem -'Políticamente ineficaz, socialmente falso, intelectualmente ínfimo, estéticamente nulo e industrialmente raquítico"-, sobre el cine español, han caído más maldiciones que sobre las labores de la Santa Inquisición. Sin embargo, el equipo de Qué grande, es el cine promete sorpresas para exorcizar tanto improperio
Así lo hizo saber José Luis Garci en la última emisión del ciclo dedicado a conmemorar el centenario del cine de la mano de Ciudadano Kane. Hoy empieza una serie, respetando el mismo formata de coloquio y la misma plantilla de invitados, dedicada a otro cumpleaños: el del cine nacional.La delirante comedia de Berlanga, Pepe Isbert, Manolo Morán y el resto, rodada en 1952, ¡Bienvenido, mister Marshall! es la primera entrega de las 31 anunciadas. Por la pantalla desfilarán desde la versión sonorizada de uno de los primeros éxitos del cine mudo hispánico, La aldea maldita, de Florian Rey, a la oscarizada Belle époque, de Trueba. De por medio se podrán ver las muestras más adustas del importado neorrealismo (Muerte de un ciclista, de Bardern) y el estilizado e imprescindible cine firmado por Erice (El Sur y El espíritu de la. colmena)..
Y todo ello para traer de. las sombras un acontecimiento de barraca de feria ocurrido en el hotel Rusia de la madrileña carrera de San Jerónimo el 15 de mayo de 1896. Entonces, un colaborador de los hermanos Lumiere, Alexander Promio, trajo a España el espectáculo que tanto estupor causara seis meses antes en París: el tren en carrera libre hacia el concurrido patio de butacas.
El ciclo igual que su predecesor, pretende rescatar piezas llamativas y maestras de las obras realizadas en España, más que un exhaustivo recorrido por la filinografía al modo y manera que hiciera 10 años antes Mendez Leite en la misma cadena. Sin respetar un orden cronológico, se podrán ver algunas de las primeras cintas producidas por la mítica Cifesa en la década de los treinta, corno La verbena de la Paloma, de Benito Perojo o Nobleza baturra, de Florián Rey -con la inconibustible Imperio" Argentina-, junto al cine académico y marcado ideológicamente de la década posterior: Huella de luz, de Rafael -Gil, y Locura de amor, de Juan de Orduña.
El capítulo más representado, el de los años cincuenta, incluye la larga serie de cintas rodadas al calor del neorrealismo, del Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas y de los incipientes cineclubes.
La década de los cincuenta. contará con Cielo negro, de Manuel Mur Oti; Surcos, de José Antonio Nieves Conde; Segundo López, aventurero urbano, de Ana Mariscal; Historias de la radio, de José Luis Sáenz de Heredia, y Calle,Mayor, de José Antonio Bardem, además de las antescitadas. De esta misma década se incorporan. dos realizadores de nacionalidad no española, pero de pulso carpetovetónico: El pisito, de Marco Ferreri, y Marcelino pan y vino, de Ladislao Vajda.
Recorrido por los sesenta
El recorrido por los sesenta se completa con cinco pesos pesados: la anatematizada Viridíana, de Luis Buñuel; la mejor muestra de comedia negra de El verdugo -acompanado de la producción anterior Plácido-, de Luis García Berlanga; el debú y mejor película de Miguel Picazo, La tia Tula, y. la crítica alegoría de Saura La caza.Después viene el cine más cercano, del, que se muestran algunos (cualquier selección es injusta) de los mejores títulos: Furtivos, de José Luis Borau; Bilbao, de Bigas Luna; el primer Oscar español, Volver a empezar, del propio José Luis Garci; Los santos inocentes, de Mario Camus; El viaje a ninguna parte, de Fernando Fernán-,Gómez; El bosque animado, de José Luis Cuerda; Remando al viento, de Gonzalo Suárez, y ¿Qué he hecho yo para merecer esto? y Mujeres al borde de un ataque de nervios, de Almodóvar, son las otras películas que completan la oferta.No están todas las que son, pero sí son todas las que están.
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