Atracón ofensivo en El Sardinero
Ni los más viejos del lugar recuerdan un partido tan abierto ni de tantos fallos defensivos. Sólo así se explica un empate a cinco goles. Más que los 10 tantos destacó el ambiente que se vivió en El Sardinero. Desde los primeros minutos un amplio sector del público la tomó con Vicente Miera, haciendo extensiva su protesta al presidente Francisco de la Mora. El ambiente en contra del entrenador y del regidor fue creciendo a medida que cayeron los goles en la portería local. Para colmo los más jóvenes seguidores reclamaban desde el fondo norte el retorno de Quique Setién, ayer en la grada.
El Albacete demostró su desconcierto defensivo, pero fue durante muchos minutos más equipo que el Racing. Los cántabros sólo reaccionaron en los últimos 20 minutos, a base de empuje y de algo de talento. El resto del encuentro fue de control manchego.
El Albacete supo beneficiarse delos desatinos cántabros tocando la bola con rapidez y desbordando con exagerada asiduidad a sus marcadores cántabros. Luna se reveló como un delantero muy fino, en tanto que Bjelica y Maqueda maniobraron a placer en la zona ancha. En el Racing tan sólo la constancia y el asiduo robo de balones de Villabona, junto con el tesón y la ambición de Alberto, fueron actuaciones individuales dignas de ser resaltadas. Miera trató de rectificar en la primera media hora y de nada sirvió su doble cambio con la entrada de Tomás y Faisulin.El Albacete no supo aprovechar el triunfo que tuvo a poco más de un cuarto de hora del final. Perdió el orden y la compostura cuando más lo necesitaba ante un desbocado Racing. Los albaceteños no supieron tampoco beneficiarse sobradamente de la contestación que en la grada se observaba sobre el entrenador y el presidente locales. El equipo de Floro estuvo cerca de obtener su primer triunfo en Santander.
El Racing salvó por coraje lo que no fue capaz de mantener por calidad.
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