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Whitney Houston para mujeres negras

La primera película dirigida por el actor Forest Whitaker se convierte en un fenómeno racial en EEUU

Waiting to exhale, la película, se está convirtiendo rápidamente en Waiting to exhale, el acontecimiento, a medida que las mujeres negras a lo largo y ancho de Estados Unidos entran a montones en los cines para ver una historia sobre las vidas de cuatro profesionales negras que viven en Phoenix.Basada en la novela de Terry McMillan, la película de la 20th Century Fox está interpretada por Whitney Houston, Angela Bassett, Lela Rochon y Loretta Devine, y es el primer largometraje dirigido por el actor Forest Whitaker. Se estrenó en el fin de semana de Navidad, alcanzando el primer puesto de recaudación, con más de 14 millones de dólares (1.708 millones de pesetas), y el pasado fin de semana ocupó el cuarto lugar en la lista de beneficios.

Los críticos han señalado que Waiting to exhale aspira a ser algo más que un culebrón de colorines. En The New York Times, Stephen Holden destaca la labor de Forest Whitaker como la de "un fino actor que sabe extraer actuaciones luminosas y llenas de cuerpo". Y respecto a Whitney Houston, dice: "Se ha librado de la altanería defensiva que hizo que su interpretación de una estrella de la canción en El guardaespaldas apareciera tan distante".

Retrato cariñoso

En un año, 1995, en el que hechos como el juicio a O. J. Simpson y la Marcha del Millón de Hombres sobre Washington (en la que no se permitía la presencia de mujeres) centraron la atención en los hombres negros, llega ahora este largometraje dedicado a las mujeres negras. La película, según los espectadores, canta los esfuerzos y triunfos de las mujeres negras en su carrera y ofrece un retrato cariñoso que nada tiene que ver con el racismo, las interacciones con los blancos o la vida en el gueto.Grupos de mujeres, en su mayoría negras, pero también muchas blancas, compran las entradas en bloque y celebran sesiones para hablar de lo que han visto. En los cines, mientras tanto, miembros del público hablan a la pantalla, con bastantes mujeres gritando "amén" a los diálogos de las actrices.

"Ésta es nuestra Marcha del Millón de Hombres", dijo Linda Tucker, una patóloga del lenguaje de la Universidad de Medicina y Odontología de Nueva Jersey, en Newark, quien con un pequeño grupo vio recientemente la película y ya plartea volver al cine con un grupo mayor para el mes próximo. Tucker saludó el contenido de la película como algo "alrededor de lo que las mujeres pueden agruparse y encontrar un sentimiento común".

Patricia Wheeler-Holmes, de 44 años, profesora adjunta de la Universidad Howard que cursó una invitación a sus amigas del área de Washington para ver la película, dijo: "Pensé que se iban a apuntar cinco o seis, pero cada vez que creía tener la lista cerrada recibía tina nueva llamada. Terminé comprando entradas y reservando la cena para 41 mujeres.

En Nueva York, un grupo (le 25 mujeres negras e hispanas que incluía a varias viudas de jugadores del equipo New York Nicks participó en una Salida al cine organizada por Lisa Nkonoki y Gayle King, a cuya casa acudieron después de la película para cenar.

Asunto universal

"Comimos, hablamos de las relaciones y bailamos, lo mismo que habíamos visto en la película", dijo Deborah Williams. "La película explica un asunto universal. Trata de la amistad, los lazos y el tratamiento mutuo" La historia aborda el tema de las tirantes relaciones entre hombres y mujeres negros, lo mismo que la novela de 1983 (le Alice Walker El color púrpura. Pero, al contrario que en esa obra, las ingeniosas y sólidas heroínas de la clase media reflejadas en Waiting to exhale aparecen menos como víctimas que como avezadas profesionales.

Para el crítico Stephen Holden, Waiting to exhale sirve para contemplar desde una perspectiva nueva "a cuatro divas muy atractivas que conjuran el glamour dramático de unos fuegos artificiales frente a un director que claramente las adora".

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