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El Madrid maquilla el 'caso Laudrup'

Se impuso el criterio de Michel. Jorge Valdano y Michael Laudrup decidieron arrojar una capa de maquillaje sobre su enfrentamiento. De puertas para afuera, bajo el viejo argumento del "simple malentendido", el caso está cerrado. Pero de puertas hacia adentro, sigue abierto. El vestuario es un polvorín. Laudrup no salió muy convencido de la conversación con su entrenador, que le negó haber cuestionado en público su comportamiento y también que el club tuviera intención de levantarle expediente alguno. El danés acabó sintiéndose "el malo de la película".

Valdano y Laudrup dialogaron en privado durante un buen rato a la conclusión del entrenamiento. Una sesión a la que el danés llegó tarde, aunque protegido por una coartada convincente: no se enteró de que Valdano había adelantado la hora prevista inicialmente, 10.30, en 30 minutos. La sesión comenzó sin el danés. "Ha sido una tardanza inoportuna", indicó Valdano, "en el peor día. Pero justificada".Tras el debate con Laudrup, el técnico atendió a regañadientes a los medios de comunicación concentrados en la Ciudad Deportiva. Era la versión más nerviosa y desencajada de Valdano: "Lo que tanto les interesa lo debatiré en privado con los jugadores. He tenido una reunión con Laudrup, sí, pero los problemas que tengo con los jugadores los resuelvo en privado". Las palabras de Michel del día anterior, apelando a la norma de la casa de 1avar los trapos sucios en el vestuario", gobernaba la jornada.

El preparador blanco aclaró que la única sanción que se le había impuesto a Laudrup -250.000 pestas- procedía del Espanyol-Madrid y recordó que era un asunto de régimen interno. El jugador recibió permiso para quedarse en Barcelona, pero viajó a Dinamarca. Y fue multado. "Aunque me marché porque era importante para mí", reconoció el propio Laudrup, "ese castigo me parece justo". Valdano, sin embargo, desmintió que cuestionara el comportamiento del danés, que le hubiera criticado por anteponer sus negocios privados a los futbolísticos y que el Madrid tuviera intención de sancionar le por viajar a Dinamarca, con fiebre, antes del encuentro ante el Deportivo. "Laudrup tenía permiso", afirmó el preparador blanco.

El futbolista danés, tras escuchar el desmentido de Valdano, se sintió sin argumentos de protesta. Pero no muy convencido. En cualquier caso admitió, haber dicho que se consideraba como un esclavo en el Madrid ("fue un titular muy fuerte", confesó, "porque hablar de esclavitud en el siglo XX y con lo que yo gano está fuera de sitio") y que se sentía profundamente decepcionado con Valdano, al que acusó de querer desviar los malos resultados. "Yo dije todo eso", afirmó, "pero en función de lo que había leído. Y lo leí en ocho medios distintos, pero Valdano asegura que no dijo nada... Seré el malo de la película".

El conflicto parece cerrarse con la conversación Valdano-Laudrup, que deja reducida toda la polémica a un simple malentendido. A Lorenzo Sanz, de momento, le vale. El presidente dialogó ayer en Alicante con Jorge Valdano y aseguró no necesitar conversar ya con el jugador. Oficialmente, no habrá sanción.

El técnico se refirió ayer igualmente a su advertencia pública, en la víspera del duelo ante el Deportivo, contra la actitud de algunos jugadores de su plantilla, y que motivó las quejas de éstos. "Fueron unos juicios de valor globales", indicó, "que no provocaron indiferencia. Hice un análisis, una reflexión en la que dije mucho, pero me callé también mucho. Dije sólo lo permisible".

También se conoció ayer la opinión del capitán, Sanchis, sobre el caso. Y mostró un parecer muy cercano al expuesto el día anterior por Michel: "Problemas los hay siempre. Lo equivocado de este caso es el sitio dónde resolverlo. Se ha sacado de su vía normal y se ha agrandado por ese motivo".

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