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El príncipe Carlos descarta casarse otra vez

, El príncipe de Gales aseguró ayer, a través de su portavoz, que no piensa volver a casarse si logra, como le ha pedido su madre, la reina Isabe II, divorciarse de la princesa Diana. Lady Di, desolada tras recibir la petición de la jefa de la casa de Windsor de deshacer su matrimonio, aguarda el consejo de sus abogados antes de pronunciarse sobre un dilema, que podría precipitar su alejamiento del centro de gravedad de la familia real británica. Los constitucionalistas aseguran que el divorcio no impediría a Carlos acceder al trono y evitaría, sin embargo, el conflicto sobre la posición práctica de su actual esposa y madre de los dos pequeños príncipes, tras su eventual coronación.

Carlos de Gales dio a conocer, a través de su oficina de prensa, que descarta un segundo matrimonio. Y, en línea con el comunicado del palacio de Buckingham emitido la noche del miércoles, el heredero de la corona británica confirmó que está de acuerdo en divorciarse de la princesa Diana y en hacerlo cuanto antes, tal y como les ha solicitado la reina.La princesa Diana, según dijo ayer un amigo suyo, está desolada porque se haya hecho pública la sugerencia de la reina sobre un asunto que concierne a su vida privada. Un periodista, también amigo de la princesa, aseguró a la BBC que lady Di estaría dispuesta a aceptar la petición de su suegra y que "pronto" llegará a una acuerdo con la familia real.

Durante la polémica entrevista que Diana concedió a la BBC el mes pasado, ésta insistió en que no desea divorciarse. En todo caso, matizó: "Aguardo la decisión de mi marido sobre el camino que tomaremos porque necesitamos clarificar nuestra situación".

Pero la iniciativa sobre su futuro ha partido de la cabeza de la familia real. Y sólo cuando la noticia se filtró a la prensa, el príncipe dio a conocer que, como su madre, está de acuerdo en poner fin a un matrimonio del que ahora se cumple el tercer aniversario de separación.

El primer ministro, John Major, no entró en detalles ayer acerca de la conversación que mantuvo el día anterior con la princesa. Fuentes palaciegas calificaron este encuentro como "cotidiano", y numerosos observadores apuntaron a las aspiraciones de Diana de convertirse en "embajadora" del Reino Unido, como anunció en su confesión televisada, como uno de los principales temas del encuentro.

El nuevo papel que desempeñará una princesa de Gales divorciada no pasó desapercibido para el líder de la oposición, el laborista Tony Blair. Además de enviar sus simpatías a la pareja real, Blair expresó su deseo de que Diana "emplee su popularidad, habilidad y gran estima en el interés del país". Para Blair, el divorcio de los Gales no presenta "implicaciones constitucionales inmeditas". Despeja, en cierta forma, algunas dudas sobre el futuro de la monarquía.

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Diana perdería definitivamente sus esperanzas juveniles de ser la reina de los británicos. Pero, como señaló en su entrevista en la BBC, el problema está en que no se irá tranquilamente. "Lucharé hasta el final, porque creo que tengo un papel que cumplir", advirtió.

El palacio de Buckingham no explicó los motivos que llevaron a la reina a intervenir en la vida privada de la pareja. Rechazó igualmente alusiones sobre la relación entre la cancelación por parte de Diana de su tradicional cita navideña con el resto de la familia y la urgencia con la que la reina demanda el divorcio.

Incapacidad real

Las palabras de Diana sobre la incapacidad de su marido a la hora de soportar la presión que supondría el ser rey, que expresó ante una audiencia de millones de telespectadores, podría ser la chispa que motivó la intromisión de la monarca. Y es posible que Diana diera a conocer públicamente sus quejas y ambiciones como una estrategia para asegurarse una buena situación de cara a un divorcio que estaba en el aire. El paso adelante dado por la reina ha sido bien recibido en círculos políticos, principalmente entre los diputados conservadores que veían precipitarse la monarquía ante cada nuevo escándalo palaciego. Es "una excelente noticia", aseguró el tory Sir James Hill, miembro del consejo de la reina Isabel. "Es un problema familiar que se tenía que resolver", defendió. Jill Knight, diputada por el mismo partido, sugirió un nuevo papel para la princesa Ana. Podría ser la "consorte de su hermano", el futuro rey Carlos III. Si hay divorcio, se estima que la princesa Diana, en su condición de madre del próximo heredero, recibiría en torno a los 100 millones de pesetas anuales. Y, de consentir con los trámites, el contrato que ambos firmaron en julio de 1981 se disolverá legalmente en semanas.

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