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El PSOE conquista Morata

La primera moción de censura del cuatrienio da a los socialistas la alcaldía de un 'pueblo de derechas'

Vicente González Olaya

La conquista de Morata (5.330 habitantes) fue muy dura. Durante el pleno de la moción de censura que se celebró ayer, siete concejales del PSOE, IU e independientes se lanzaron contra la yugular del todavía alcalde, Luis Alberto Castaño, independiente, que gobernaba en minoría con seis ediles, tres de ellos del PP. Castaño, dolido por los golpes, arremetió con fuerza contra todos sus adversarios. Les insultó, les acusó de irregularidades y, antes de permitir las votaciones que le iban a quitar el sillón, les despreció. Morata de Tajuña, un municipio en el que jamás ha gobernado la izquierda, pasé de esta singular manera a manos del PSOE.Morata siempre ha sido un bastión de la derecha. La plaza mayor aún se llama del Caudillo; la calle principal, de José Antonio, y una de sus mayores glorietas, plaza de las Milicias de la Falange de los JONS. Sin embargo, en las pasadas elecciones algo cambió. El electorado se fraccionó y eligió a cuatro ediles del PSOE, tres del PP, tres de Unidad Morateña (UM), dos de la Candidatura Independiente de Morata (CIM) y uno de IU. La derecha, por primera vez en la historia de este pueblo, no tenía la mayoría.

En el pleno que se celebró el pasado mayo, y donde se tenía que nombrar un nuevo alcalde, las disensiones entre los grupos se hicieron notables. Ni la derecha ni la izquierda fueron capaces de formar una coalición de gobierno. Los tres ediles de Unidad Morateña, con el apoyo del PP, aprovecharon para quedarse con la alcaldía. Decidieron gobernar en solitario. Su portavoz, Luis Alberto Castaño, se convirtió así en el nuevo regidor de Morata.Sin embargo, pronto surgiéron las discrepancias en este reducido grupo. Dos ediles se pasaron a la oposición. El alcalde se acercó entonces al PP y a CIM. Formó con ellos un gobierno de seis concejales contra siete de la oposición. Creyeron que iban a poder gobernar todo el cuatrienio porque una de las ediles de la oposicion, Soledad Ramiro, de UM -y cuyo voto era decisivo en una moción de censura-, había sido trabajadora en la sede del PP en Madrid. "Además, su padre fue alcalde por AP y Soledad no nos traicionará", comentó un alto cargo del PP hace unos días. Esta curiosa situación elevó la tensión política. Se sucedieron amenazas, denuncias y hasta agresiones. Cada pleno se convertía en un escándalo público. Entre las paredes del salón de plenos resonaron acusaciones como que el alcalde utiliza el teléfono móvil del Ayuntamiento para llamar a su novia o que la portavoz del PSOE suele agredir a todo aquel que no piensa igual que ella. El pasado día 11, la oposición se unió. Soledad Ramiro, la ex trabajadora del PP, firmó también la moción de censura. Y ayer se celebró el pleno. La portavoz del PSOE, Concepción Loriente, empezó su intervención vapuleando al todavía alcalde. "Usted carece de programa, contrata a dedo, se niega a poner el belén en la plaza y gobierna mediante decretos". Luego les siguieron en sus ataques los portavoces de UM e IU. El PP salió en defensa de Castaño.Y negó la explosión final. Luis Alberto Castaño decidió dar un repaso a los currículos de los concejales dé la oposición. Al concejal de IU, el alcalde le llamó "perrito faldero del PSOE". A Solea Ramiro la calificó de "traidora que ha arrastrado los votos de la derecha hacia la izquierda". Al otro edil de UM, José López Merino, le espetó que "tenía un negocio sin licencia de apertura". Y a la portavoz del PSOE, que carecía de "conciencia, educación y cultura". Luego se negó a dar el bastón de mando a la futura alcaldesa porque lo tenía la Virgen de la Antigua (patrona del pueblo).Todo acabó con el abandono de unos 40 de los asistentes al pleno, partidarios de Castaño, cuando Loriente se aupó a la alcaldía. Los que quedaron, unos 60, dedicaron un fuerte aplauso a la edil. El signo político del Ayuntamiento de Morata había cambiado radicalmente por primera vez en su historia.

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Sobre la firma

Vicente González Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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