Julio Iglesias desbanca al baúl de la Piquer

Hasta el momento, en España, cuando alguien andaba mucho por el mundo se decía de él que tenía más kilómetros que el baúl de la Piquer. Ya hay que decir que tiene más horas de vuelo que el jet de Julio Iglesias. Pocas personalidades internacionales consiguen despertar tanta expectación en los medios como Julio Iglesias. En cuanto el cantante celebra una conferencia de prensa, la sala se abarrota. Ayer, en Madrid, su compañía discográfica le hizo entrega de un quíntuple disco de platino por su último álbum, La carreterá, del que se han vendido 500.000 copias en España y cerca de dos millones en todo el mundo.El cantante llegó anteayer a Madrid para grabar el especial de fin de año de Televisión Española, en el que interpreta, con voz en directo, tres temas de La carretera. El salón Murillo del hotel Villamagna estaba anoche atiborrado de cámaras y micrófonos. Julio Iglesias, como de costumbre, lucía un moreno tirando a rojo y una sonrisa exultante. Por allí andaba su padre, el doctor Iglesias, encantado. Y también había íntimos de Julio, que pasaron inadvertidos pero que no fallan en estos acontecimientos. Por ejemplo, Alejandro Pesquera, dueño de las bodegas vallisoletanas del mismo nombre. El señor Pesquera traía un regalo muy especial de Navidad para el cantante: siete cajas de vino del 78, año de excelente cosecha y el más viejo de la marca; la primera botella de una primicia, Condado de Haza, y seis cajas de ciegas, unas rosquillas de Valladolid que son exquisita golosina para Julio Iglesias.

Alejandro Pesquera no es un amigo cualquiera. Este cosechero y elaborador de caldos se ve con el cantante con bastante frecuencia. Incluso le acompaña en algunas giras internacionales. El señor Pesquera ha estado con él en Estados Unidos y en varios países de Latinoamérica. Y afirma con conocimiento de causa: "Julio sabe mucho de vinos, no es una pose, porque él no es un esnob. Ha estado en mi casa de Pesquera de Duero muchas veces. Me invita también a su domicilio de Míami", señala. "Julio ama el vino español y es un magnífico embajador de nuestros, caldos. La suya es una de las bodegas privadas más importantes del mundo. Julio conoce muy bien el rito del vino".

Para hacerse una idea de la repercusión de La carretera hay un dato elocuente: solamente en España se han vendido 300.000 cintas piratas del mismo. A pesar de ello, Claudio Condé, presidente de la compañía discográfica, afirma: "Esta carretera es Muy larga. Estamos sólo a mitad del trayecto". Y ya se está preparando lo próximo, un disco internacional en el que intervendrán, entre otros, Barry Geeb y David Fuster.

Pero, de momento, Julio voló anoche á Miami para pasar allí la fiesta de la Navidad. Luego comenzará una gira que le llevará por varios países exóticos: China, Taiwan, Tailandia, Indonésia, Corea y Filipinas. La gente que le acompaña no duda en afirmar que Julio Iglesias es un tipo amable y sencillo. Al contrario que otros artistas, él tiene pocas exigencias en Sus desplazamientos. En España sólo exige dos cosas: que e conductor sea el señor Frutos y que a los invitados se les ofrezca Vega Sicilia.

Ha cambiado mucho la opinión que sobre él tienen los medios y los profesionales de la música española. Rockeros famosos no tienen inconveniente en declarar públicamente que les gusta. La revista Popular 1, una de las más prestigiosas del rock español, le quiere hacer una gran entrevista.

Acerca de sus hijos, Julio Iglesias habla escuetamente: "Ellos están saliendo adelante. No quiero influir con mi opinión. Ya veremos cómo van las cosas".

El pasado 10 de diciembre el cantante español tuvo un espectacular accidente aéreo viajando en su jet particular tras una actuación en Atlantic City. Sobrevolaban Virginia, a unos 12.000 metros de altura, y se rompió la ventana lateral derecha de la cabina del copiloto. La situación pudo haber derivado en un accidente fatal. Pero el piloto, con gran pericia, se hizo con el control de la nave y realizó un aterrizaje de emergencia en el pequeño aeropuerto de Norfolk, Virginia, pasada la medianoche. Durante 20 minutos el avión bajó 12 kilómetros. No paso nada. Porque Julio Iglesias tiene más horas de vuelo que el baúl de la Piquer.