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El liberalismo es pecado

El XIV Congreso del PCE ha dejado como estela el enfrentamiento con el PSUC, la gresca con CC OO y el malestar en IU. La causa de ese triple conflicto es la ofensiva de Anguita para asegurar la influencia del PCE allí donde sus siglas carecen de implantación territorial, no tienen encaje institucional o provocan rechazo social. Las organizaciones . escogidas como instrumentos de esa colonización servirían de correas de transmisión a las órdenes dictadas por la dirección comunista: el PSUC, CC OO e IU tendrían la misión de aplicar la estrategia del PCE respectivamente en Cataluña, el mundo sindical y el espacio electoral. Por supuesto, los dirigentes comunistas, expertos a la hora de combinar el doctrinarismo bizantino con la doblez florentina, niegan esos propósitos: las maniobras para dirigir CC OO a través de personas interpuestas, someter al PSUC a sus dictados y mantener a IU bajo su control son ennoblecidas por Anguita mediante la mágica palabra hegemonía, entendida como la pacífica enseñanza de la buena nueva impartida a los tibios y a los infieles por una esclarecida vanguardia de marxistas revolucionarios.Las lecciones extraídas por los comunistas catalanes del derrumbamiento del sistema soviético han llevado a sus dirigentes a hibernar funcionalmente al PSUC y a diluir políticamente a su militancia dentro de Iniciativa per Catalunya (formación paralela a IU). Disconforme con esa estrategia, Anguita exige la resurrección del PSUC; caso de no ser obedecido, se reserva el derecho a crear una organización comunista ortodoxa que le sirva al PCE como correa de transmisión en Cataluña: la amenazadora advertencia de Anguita aún no ha precisado si IU sería incluida dentro del paquete exportado desde la meseta. Pero si los comunistas catalanes defendieron su autonomía organizativa incluso cuando la lucha clandestina contra el franquismo aconsejaba la centralización de los esfuerzos, no parece probable que cedan ahora al chantaje de Anguita.

Mientras Ribó -secretario general del PSUC- se ausentaba del XIV Congreso del PCE para quitar hierro al conflicto, Antonio Gutiérrez se sintió obligado -como secretario general de CC OO- a convocar una rueda de prensa para replicara las acusaciones de progubernamentalismo lanzadas por un servicial recadero de Anguita y para reafirmar la autonomía y el pluralismo de la central. El PCE está maniobrando para que el grupo hoy minoritario de Camacho y Moreno salga vencedor del próximo Congreso de CC OO; la reconquista del mundo sindical es todavía mas importante para Anguita que la recuperación de Cataluña: los dirigente! comunistas necesitan el control de CC OO para embridar las huelgas y las movilizaciones al servicio de sus objetivos partidistas.

El XIV Congreso confirmó que el PCE creó IU como una correa de transmisión electoral, esto es, como un frente amplio donde los comunistas tendrían la sartén por el mango mientras ecologistas, socialistas, republicanos e independientes desempeñarían tareas decorativas o domésticas. Según Anguita, IU ocupa la virtuosa orilla izquierda de la política mientras los poderes económicos, los restantes partidos (socialistas, populares y nacionalistas) y los medios de comunicación se hacinan concupiscente y desordenamente en la viciosa orilla derecha. Se diría que el secretario general del PCE está dispuesto a emular la santa intransigencia de Félix Sardá y Salvany y a renovar la cruzada promovida en 1884, por el piadoso sacerdote de Sabadell en El liberalismo es pecado; el mundo, el demonio y la carne de este fin de siglo parecen materializarse en el neoliberalismo, equiparado por Anguita con las plagas del fascismo y el fundamentalismo e incompatible con la democracia, los derechos humanos y la Constitución.

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