Cofir negocia la compra del 60% de TelePizza en poder de los minoritarios
TelePizza, el último fenómeno de desarrollo empresarial español, está a punto de cambiar de manos. Cofir, la corporación financiera que controla Carld de Benedetti, diseña una oferta para comprar el 60% de la sociedad, que se encuentra en manos de Eduardo Fernández Pujals, hermano del fundador de la empresa, y de un grupo de accionistas minoritarios. Este grupo dio un golpe de mano en la compañía el pasado mes de septiembre y forzó la dimisión del presidente y fundador de la sociedad, Leopoldo Fernández Pujals, que aún controla el 40% de las acciones.
TelePizza está valorada en unos 10.000 millones de pesetas, según diferentes firmas del mercado, y ha sido reconocida por varios organismos internacionales como la sociedad con un mayor crecimiento en los últimos años. La plantilla actual es de unas 9.000 personas.El consejero delegado de Cofir, Gabriele Burgio, reconoció ayer que "estudian esta operación y que su grupo mantiene una liquidez de 10.000 millones de pesetas actualmente, tras haber comprometido inversiones en lo que va de año de otros 12.500 millones de pesetas". También precisó que es una de las dos o tres operaciones importantes que tienen encima de la mesa y que faltan datos por analizar.
El grupo de accionistas que actúa, deforma coordinada con Eduardo Fernández Pujals ha contratado una firma de intermediación a la que también se ha dirigido Warburg Pincus, interesándose por ese paquete de control. Fuentes conocedoras de esas ofertas han señalado que los vendedores quieren cerrar la operación antes de que finalice el presente año.
TelePizza fue creada en 1987 por Leopoldo Fernández Pujals, para desarrollar el negocio de la entrega de pizza a domicilio en España desde una pequeña tienda situada en el corazón del barrio de El Pilar (Madrid).
Leopoldo, Leo, cuenta con el 40% de las acciones y hace dos meses fue obligado a dimitir por el resto de los accionistas, cansados de que no repartiera dividendo, a pesar de que el negocio iba viento en popa. El anterior presidente llevaba una rígida política de reinvertir la totalidad de los beneficios que obtenía, con el fin de llevar a cabo una expansión geográfica rápida y acertada.
Los accionistas que ahora quieren vender su paquete han colocado al frente de la sociedad a Jaime Comenge, que fue subdirector general de Telefónica. El anterior presidente mantiene su objetivo de volver a incorporarse a la gestión de la empresa con los nuevos dueños y, por ello, sigue al tanto de las negociaciones para la venta del paquete, mayoritario. "La pacificación de la sociedad es uno de los objetivos fundamentales para que pueda continuar con su expansión", señalan fuentes que conocen la operación.
La empresa, que comenzó con un capital de 10 millones de pesetas, cuenta en la actualidad con una red de 250 establecimientos, de los que 196 están en España. El resto se reparte entre Europa y algunos países latinoamericanos. No tiene apenas deuda bancaria y la facturación de este año se acercará a los 18.000 millones de pesetas, con unos beneficios de 1.000 millones.
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