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Los jueces registran la sociedad patrimonial de los Agnelli para buscar pruebas sobre la crisis de Rizzoli

Agentes de la policía fiscal italiana registraron ayer la sede de IFI, la sociedad que recoge el patrimonio de la familia Agnelli, por orden de los fiscales de Milán que investigan la causa de los problemas del grupo Rizzoli-Corriere della Sera (RCS), controlado por Fiat. RCS ha notificado recientemente unas pérdidas inesperadas, sures al billón de liras (más de 75.000 millones de pesetas), que corresponden a este año y al ejercicio pasado. El registro judicial se explica porque las pérdidas pro ceden de editoriales que el IFI vendió a Rizzoli, principal accionista de El Mundo.

La iniciativa judicial se produce apenas 24 horas después de que Francesco Varcasia, el nuevo consejero delegado de Gemina, la sociedad de cartera a través de la que Fiat y Medio banca controlan Rizzoli, trazara un cuadro definitivo de la situación Patrimonial de RCS y de la sociedad que dirige y anunciara demandas contra dirigentes de Rizzoli.Varcasia, uno de los técnicos llamados a sustituir con urgencia a los dirigentes procedentes de Fiat o afines a Mediobanca que se ocuparon de Gemina mientras se gestaba el agujero de Rizzoli, sin advertirlo, tendió, en la conferencia de prensa que dio el pasado lunes, a descartar la hipótesis de eventuales respongabilidades del entorno de la familia Agnelli en la grave crisis que ha impuesto una drástica restructuración en RCS, primer grupo editorial italiano, socio mayoritario (45% del capital) en España del diario El Mundo.

Las pérdidas de Rizzoli, que, en el presente año, está previsto que se eleven a 589.700 millones de liras, lo que dejará al grupo con un patrimonio de sólo 33.800 millones de liras tras haber sido objeto de una recapitalización de 240.000 millones de liras, proceden del sector libros, aunque la acción es previstas para afrontar la emergencia se concentren en el sector de los periódicos, principal fuente de gasto.

El sector libros de Rizzoli tiene su origen en el grupo Fabbri Editori, que el IFI, o sea la familia Agnelli, vendió a RCS en 1990. Pocos años antes, RCS había pasado bajo control de Fiat, controlada también por Agnelli, a un precio bajo que se explica por la graves crisis que Rizzoli sufrió a media dos de los años ochenta, cuando llegó a estar en manos de la logia masónica Propaganda Due (P-2).

Se ha sostenido que, en Italia, el vendedor de una sociedad responde de los daños que esa pueda acarrear durante al menos tres años, lo que prolongaría la responsabilidad del vendedor de Fabbri basta 1993, un año antes de que surgieran las primeras pérdidas inesperadas y multimillonarias de Rizzoli.

Pérdidas por mala gestión

Representantes del IFI han responddo, tras estallar la crisis, que la venta de Fabbri incluyó una cláusula que limitaba la responsabilidad del vendedor a sólo un año. Hace dos años, RCS dio, además, a la sociedad de los Agnelli una carta de descargo por este asunto.Varcasia dijo el lunes que las pérdidas de RCS vienen de la mala gestión de las ventas a plazos de los libros de la colección Grandes Operas, y, en respuesta a una pregunta, indicó que tales resultados negativos parecen haberse producido "con posterioridad" a la asunción de la gestión de Fabbr por

Rizzoli.

El registro judicial realizado ayer tuvo como objetivo localizar documentos relacionados de la cesión de Fabbri a RizzoIi, tanto en el IFI como en el Monte di Paschi Factoring de Turin, que intervino en la operación.

La crisis de Rizzoli ha inducido pérdidas igualmente serias en Gemina, financiera que tiene el grupo editorial como principal activo, comprometiendo seriamente el proyecto de ésta de absorber, el gupo Ferruzzi, debido al hundimiento de la cotización de Gemina en bolsa y la pérdida de imagen.

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