El fiscal pide 10 años para dos acusados del 'crimen del Almendro'

El fiscal ha solicitado 10 años de cárcel por robo con homicidio para cada uno de los dos acusados de asaltar madrugada del 19 de febrero de 1994 a una pareja en la calle del Almendro (Centro). Durante el robo, Carlos Herrero Velasco, de 60 años, falleció al intentar evitar que desvalijasen a su mujer, Dionisia Lobo Barroso, de 58 años.El ministerio público sostiene que en la muerte influyeron tanto las lesiones originadas por el asalto -el hombre fue pateado incluso en el suelo- como el "trauma psicofísico" y una serie de dolencias de la víctima, que sufría enfisema pulmonar, arterioesclerosis coronaria y cardiopatía isquémica.

Una interpretación que no comparte la acusación particular, para la que Herrero Velasco falleció por los golpes y patadas que le dieron en cabeza y tórax durante una "severa, cruel y brutal paliza". Por ello, pide 30 años de reclusión para cada uno de los acusados y solicita una indemnización en concepto de responsabilidad civil de 35 millones de pesetas. Durante el salvaje asalto, los ladrones se llevaron el bolso de la mujer, así como una anillo de oro, una sortija de niño y una pulsera de plata. En total, joyas y efectos por valor de 33.000 pesetas.

En una de estas joyas, concretamente en la sortija de oro de niño, se basó parte de la investigación policial para culpar al procesado Amín Bennour. Su abogado, Javier Saavedra, mantiene que, a la hora del robo, Bennour estaba alejado del lugar donde se cometió el asalto y que se encontraba robando a unas ciudadanas británicas. Sostiene Saavedra que, por tanto, no se ha acreditado la participación del inmigrante en el delito, por lo que pide su absolución.

En opinión de este Ietrado, el anillo que la policía descubrió en poder de Bennour fue comprado por éste a uno de los asaltantes con posterioridad a la muerte. Asimismo, este abogado, también personado en el crimen de Costa Polvoranca y en el caso del juego del rol, señala de los tres magrebíes detenidos al principio, uno ha quedado en libertad sin razón aparente."

"¿Por qué?"

Tiras el asalto, la mujer sufrió he ridas que tardaron cinco días en sanar. "¿Por qué le mataron, Dios mío? ¿No tenían suficiente con llevarse el bolso? Le han matado en su Madrid, el antiguo, por el que tanto le gustaba pasear", decía la viuda a los pocos días del robo. Carlos Herrero era propietario de un taller de cerrajería. La noche de su muerte había estado tapeando con su mujer por el casco antiguo. Tras el robo, quedó tendido en el suelo. Moribundo.La muerte del cerrajero desató una apresurada intervención policial: Los agentes iniciaron una serie de redadas en pensiones del distrito Centro que acabaron con la detención de 16 inmigrantes. Muchos de ellos fueron, finalmente, expulsados de España.