El PSOE intenta minimizar su caída resaltando que dobla en escaños al PP
En la sede federal del PSOE, de Madrid, hubo un respingo colectivo anoche, cuando se escuchó al presidente de la Generalitat en funciones, Jordi Pujol, decir que había entendido el mensaje de los electores y que algunas cosas tendría que rectificar. Los socialistas temenque el varapalo a Pujol le amargue el humor y les ponga las cosas más difíciles de lo que ya están en el Parlamento nacional de aquí a enero, cuando previsiblemente se disuelvan las Cortes. El primer mensaje, no obstante, que el PSOE quiso ayer lanzar a los cuatro vientos fue el de que sus compañeros catalanes doblan en representación al Partido Popular.
Poco o nada tienen que ver las acogidas políticas de los resultados electorales desde la sede del PSOE de Madrid o la de la calle de Nicaragua, de Barcelona, cuartel general del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC). Si el primer mensaje de los socialistas catalanes fue que Jordi Pujol ha perdido la mayoría absoluta, en el PSOE se pasaba de puntillas por ese dato y se ponía toda la carne en el asador de los resultados de los populares.No veían en el PSOE tantas razones para que los populares estuvieran de fiesta. "Por cada ciudadano que ha votado en Cataluña al Partido Popular, dos lo han hecho a los socialistas", decía sonriente a las 11 de la noche el secretario de organización, Ciprià Ciscar, después de asegurarse, con el 96% de los votos escrutados, que el partido de sus compañeros había obtenido en estas elecciones unos 50.000 votos más que en los últimos comicios autonómicos del año 1992. Comoquiera que la tarde empezó dando menos de 30 diputados a los socialistas y acabó con 34, sólo había motivos para la complacencia.
Voto oculto
Un dato que ayer descubrieron en el PSOE, a la vista del error de las encuestas, fue que en Cataluña existe voto oculto para casi todas las fuerzas. Es decir, muchos ciudadanos que pensaban votar al PSC no lo declaran y tampoco quienes pensaban depositar su confianza en el Partido Popular prefirieron desviar su verdadera intención hacia otro partido.Pero la preocupación ayer en el PSOE estaba, después de tranquilizarse por los resultados del PSC, en la reacción que pueda tener Convergència i Unió de ahora en adelante. Ciprià Ciscar trató de quitar hierro al asunto y no quiso entrar en la valoración de si la colaboración con los socialistas en el Gobierno de España pudiera ser lo que ha llevado a este descenso de sus socios nacionalistas desde el pasado año 1993.
El secretario de organización socialista se limitó a señalar el dato escueto de que CiU, con el 40% de los votos, y el PSC con el 25%, suman un 65% de la representación, en el Parlamento de Cataluña y, por tanto, gozan de una amplia confianza de la sociedad catalana. "Entre los dos obtienen tres veces más representación que los demás".
Este análisis de unir los votos de Convergència i Unió y del PSC jamás se hubiera hecho en Cataluña ni por uno ni por otro, pero desde la perspectiva nacional los socialistas no pueden olvidar que la fuerza que dirige Jordi Pujol ha sido su única y decisiva colaboradora.
El temor ahora, no obstante, es que Pujol pensando en las elecciones generales de marzo decida hacer todavía más explícita su ruptura con los socialistas. Con evidente expectación, el PSOE aguarda la decisión que Convergència i Unió tomará mañana en el Congreso de los Diputados cuando varias fuerzas políticas unan sus votos para pedir a Felipe González, presidente del Gobierno, que disuelva las cámaras.
Esto se hará a través de una proposición no de ley que en ningún caso tendrá carácter vinculante. El Partido Nacionalista Vasco (PNV) ha anunciado que no la votará. Si todos los demás unieran sus votos para exigir de nuevo a González que disuelva las Cortes -en la práctica, con un mes de antelación de lo que tiene previsto-, el Gobierno consideraría que se le ha presentado una moción de censura camuflada, y hay ciertas dudas sobre la decisión de Felipe González respecto a atender la demanda del Parlamento o a ejercer su derecho constitucional de disolver las cámaras cuando estime oportuno. A este respecto, Ciprià Ciscar se limitó a decir que González ya ha dicho que las elecciones legislativas serán en el mes de marzo.
Y para marzo dicen los socialistas que están "muy ilusionados", sobre todo en Cataluña, donde vuelven a ser segunda fuerza política, mientras que en las generales se colocan tradicionalmente como partido más votado.
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