'Politicaly correct'
Escribe Xavier Rubert de Ventós en su artículo Menos broma con la 'corrección política', refiriéndose a esa etiqueta genuinamente americana a la que se había referido Vicente Verdú en un artículo precedente, que "más allá de la caricatura, la corrección política aparece como el legítimo intento de corrección en curso tanto de las inercias sociales y lingüísticas que atenazan el presente como de las tendencias predatorias que amenazan el futuro de la tierra y de nuestros hijos...".Puede que ésa fuera la primigenia intención del primer correcto, un ingenuo desconocedor del carácter mesiánico-misionero de sus compatriotas, a quienes como a todos los imbuidos por la certeza de una alta misión se les fue la mano en la aplicación / dosificación del producto, atiborrando de tal manera al personal genuinamente incorrecto -la inmensa mayoría de mortales a excepción de Pedro J. Ramírez, Luis María Ansón y Julio Anguita- que la diarrea posterior ha resultado poco menos que incontenible. Ahí es nada tener que pedir permiso para ligar (¿una correcta instancia, quizás?), o convertir a los enanitos de Blanca Nieves en "individuos que no han alcanzado talla de gigantes", o que se tenga que abolir la palabra history porque lleva el posesivo masculino his y no el her, con lo cual, claro está, las mujeres son discriminadas, o que decir nubes oscuras" pueda herirla sensibilidad de un individuo de piel bronceada, etcétera.
Pero el problema va más lejos: detrás de esas anécdotas lingüísticas, que mas que corregir ridiculizan a los presuntos correctores, asemejándoles a los curas censores de antaño, el politicaly correct de marras pretende reescribir la historia, encorsetándola en compartimentos estancos para que nadie pueda sentirse ultimamente incomodado y creando un nuevo modelo cultural en que Shakespeare tenga el mismo valor que Spike Lee, Voltaire pueda confundirse con cualquier predicador televisivo, o que, peor aún, cualquier costumbre ancestral. sea respetable por el mero hecho de pertenecer a una cultura "tradicionalmente devastada por la versión occidental" (ahí pueden caber desde la fatwa a Rushdie a la escisión de clítoris, pasando por la lapidación pública, de políticos tan perversos como Felipe González).
En fin, que no, le falta razón a Fernando Savater cuando afirma que nos vamos disgregando en bandadas de pájaros borgianos que vuelan siempre. de espaldas, porque no les preocupa a dónde van, sino de dónde vienen". Y mientras tanto, los valores universalistas de la Ilustración con éstos pelos.-
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