La policía pierde otra vez la pista del rapado que sembró dudas sobre Susana
Otra vez en paradero desconocido. La policía ha vuelto a perder la pista de José Alberto Orellana, el ex rapado de 22 años que dejó grabada una cinta donde atribuía al grupo ultra Bases Autónomas la muerte de Susana Ruiz, de 16 años, fallecida en enero de 1993 -por causas naturales, según la versión oficial- y que permaneció desaparecida mes y medio.
Orellana no acudió ayer al Juzgado de Instrucción número 16 de Madrid, donde a las doce de la mañana le esperaba la juez Ana Ferrer para interrogarle sobre la grabación. Orellana fue localizado el pasado octubre en Castellón, cuando pidió cita en una comisaría para renovar su carné de identidad.
Los miembros de la Brigada de Tribus Urbanas de Madrid ya habían alertado a sus compañeros de Castellón sobre la posibilidad de que Orellana (que se marchó de casa hace ahora un año) se hubiese refugiado en esa ciudad levantina, donde vive una hermana suya. El rapado abandonó su domicilio de Alcobendas tras grabar la cinta, en cuya carátula dejó escrito para su familia el aviso de que fuese entregada a la Policía si a él le pasaba algo (temía que sus antiguos compañeros le matasen porque "sabía demasiado"). Su madre halló la cinta y la llevó a la policía. Los agentes no dieron crédito a su contenido por entender que José Alberto Orellana "fantaseaba", a pesar de que incluía un dato que nunca obtuvo la relevancia informativa: que el cadáver de Susana presentaba un diente roto, que él atribuía a un puñetazo. La policía no le hizo ninguna pregunta a ese respecto. Sin embargo, la Audiencia ordenó a la juez Ferrer -ocupada también en el caso Roldán- que reabriese sus diligencias sobre Susana y tomara declaración al rapado (quien por entonces ya se había ido de casa) y a quienes mencionaba en la cinta.
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El hecho de que el ex rapado no esté acusado impide detenerle
Pérez Bolaños sostiene, por su lado, que la autopsia contiene muchas lagunas y que no aclara nada. El padre de Susana Ruiz cree, al igual que el letrado, que su hija fue asesinada. A Susana se la vio por última vez el 9 de enero de 1993, en una fiesta de cumpleaños que celebró con un grupo de amigos en un caserón abandonado ubicado en un descampado del barrio de San Blas. Susana se marchó sola del caserón, a altas horas de la madrugada. Y, supuestamente, se dirigió a su casa en el instituto de Las Musas, donde su padre trabaja de conserje.El abogado de la familia considera que la ruta que utilizó la chica para llegar a su casa, a través del descampado, además de impracticable, era la menos adecuada. Era de noche. "Y es materialmente imposible", dada la hora que era, "ir por esa ruta desde el caserón hasta el instituto; supone un gran peligro andar por ahí sin protección", ha indicado el abogado.
Ángel Ruiz aseguró ayer en los juzgados que jamás se ha entrevistado personalmente con la madre del rapado, y que es falso que ésta le haya dicho que su hijo ha abjurado del contenido de la grabación, versión publicada en Diario 16 y atribuida a la madre de Orellana. La madre de Susana, con lágrimas en los ojos, también pidió ayer públicamente que se aclare lo ocurrido, y que se llegue hasta el final.
El abogado de la familia también expresó su enfado por la incomparecencia del rapado, José Alberto Orellana. Después de un año "seguimos sin tomar declaración a este chico", dijo.
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