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Un cura francés dice que albergó a etarras por solidaridad cristiana

Aurora Intxausti

ENVIADA ESPECIALLa solidaridad cristiana es lo que llevó a François Garat, cura de la ciudad vascofrancesa de Espelette, a albergar en su casa a miembros de ETA, entre otros a Ignacio Reckarte y Juan Ramón Rojo, según lo manifestó ayer al tribunal que le juzga en París por colaboración con una organización terrorista, un delito por el que podría ser condenado hasta a diez años de prisión. El macroproceso afecta a 81 personas, 32 de ellas españolas. Rekarte y Rojo están acusados en España de haber participado en un atentado en Santander y asesinado a un joven toxicómano en Irún (Guipúzcoa). La dirección de Garat se la facilitó a Rekarte y Rojo el arcipreste de esta localidad vasca, José Ramón Treviño, condenado por la Audiencia Nacional por cooperación con ETA.

Garat rechazó la acusación de haber colaborado con una banda de malhechores porque, según dijo al juez, Bruno Steinmann, él ha acogido en su casa a refugiados que huyen de la tortura y de situaciones muy duras en España. No quiso entrar Garat en las acusaciones de asesinato que tienen algunos de los miembros de ETA que han pasado por su vivienda. "Yo los recojo por un sentimiento de solidaridad cristiana y no pido a ninguno la carta de identidad", declaró.

El sacerdote de Espelette, además de llevar su parroquia, realiza gestiones de contabilidad para la asociación Anai-Artea, grupo que se encarga de alojar en residencias francesas a los miembros de ETA que huyen de España.

La fiscal, Irene Stoller, intentó en vano que Garat explicase de dónde provienen los fondos de esa organización. Stoller sólo consiguió que dijese que se trata de un grupo "humanitario que obtiene el dinero de las donaciones de familias vascas de Euskadi Sur". No obstante, se manifestó "incapaz" de identificarlas.

"Actividades políticas"

En la sesión de ayer comenzarán a declarar los ciudadanos de la región francesa de Bretaña que están procesados por colaborar con ETA al haber facilitado alojamiento a presuntos miembros de la banda terrorista. Entre los interrogados estaba Annie Alexandre, que supuestamente alojó a José Luis Carmona, Koldo, considerado por la policía española como responsable de la reestructuración del comando Vizcaya.El etarra Faustino Estanislao Villanueva, Txapu, fue el encargado en esa zona de distribuir en casas a los miembros de los comandos que se replegaban allí después de perpetrar atentados en España. Los bretones, que indicaron que respondía al nombre de Jean Pierre, negaron haber colaborado con una organización de malhechores y aseguraron que ellos sólo habían albergado a refugiados vascos, a gente perseguida por "actividades políticas" y que nunca se habían preguntado si eran o no terroristas.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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