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1,2 millones de sevillanos sufrirán cortes agua de 10 horas a partir del jueves

Las intensas lluvias registradas en Andalucía el fin de semana pasado apenas se han dejado notar en los embalses. Los andaluces siguen mirando al cielo y se enfrentan a duras e inmediatas restriciones. Los primeros en sufrir una nueva vuelta de tuerca en sus grifos serán los 1,2 millones de habitantes de Sevilla y otros 11 pueblos de los alrededores, que a partir del jueves verán ampliados los cortes de abastecimiento en cuatro horas: desde las 20.00 a las 6.00.La decisión, adoptada en la arde de ayer por la empresa concesionaria Emasesa, lleva implícitas otras drásticas medidas, como la prohibición de utilizar durante el mismo horario todo tipo de depósitos o aljibes, a excepción de los hospitales y otros centros de interés público. Todos los usuarios, incluidos los particulares, deberán cerrar la llave de la red general y la de salida de los depósitos. Además se insta a la población a no acumular agua.

La alcaldesa de Sevilla, Soledad Becerril, del PP, anunció que Emasesa intensificará las inspecciones para atajar cualquier tipo de práctica que ahora queda prohibida. Becerril calificó las nuevas restricciones de "absoluta conveniencia" dadas las escasas reservas existentes y pese a que el fin de semana se registraron precipitaciones de 100 litros por metro cuadrado.

Y es que los embalses sevillanos han recibido escasamente dos hectómetros cúbicos tras las recientes lluvias. Tan sólo los pantanos de la cuenca del Guadalquivir, principal fuente de abastecimiento, han sido capaces de almacenar agua: casi 20 hectómetros cúbicos desde el viernes, lo que supone unos 20 días más de abastecimiento a la población. En las cuencas Sur y Guadiana, por el contrario, las aportaciones han sido inapreciables. Los porcentajes, en el conjunto de la región no varían y el nivel de agua embalsada en los pantanos se mantiene en tomo al 7% de su capacidad, motivo por el que las autoridades siguen calificando de preocupante la situación.

La sequedad de la tierra se tragó casi toda el agua caída estos días. "El terreno está tan agotado y seco que mucha de esta precipitación se queda en la parte superficial y posteriormente se evapora", se sinceraba ayer Adrián Baltanás, director general de Obras Hidráulicas. La lluvia ha sido "una excelente noticia", pero tendría que seguir lloviendo mucho más, añadió Baltanás, "porque partimos de una situación muy exhausta, con unos ríos y unos acuíferos absolutamente agotados y sobreexplotados".

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