Una despedida de ida y vuelta

Un teletipo fechado nada menos que en Budapest dio la voz de alarma. Un diario húngaro ponía en boca de Ramón Mendoza su deseo de dejar de forma casi inmediata la presidencia del Real Madrid y abrir una vía sucesoria, con urnas de por medio, cuyo candidato sería Florentino Pérez. Para como están las cosas por el madridismo, poco importa que las noticias procedan de Hungría. Y empezaron a manejarse varios supuestos: Mendoza se va, Mendoza parece que se va, Mendoza puede que se vaya, Mendoza no ha dicho todavía su última. palabra. Entretanto, Mendoza descansa en su finca cordobesa, residencia de campo donde últimamente acaban ciertas crisis y comienzan otras. Tal es así que, cuando Mendoza esta; en la ida parece agotar sus últimos momentos y cuando surge tras la vuelta remonta el vuelo.Ayer, sin ir más lejos, la noticia de su marcha le sorprendió (si así puede decirse) en Córdoba, donde, manifestó: "Ni confirmo ni desmiento", a la pregunta de EL PAÍS sobre si era cierta su marcha. Durante la mañana, en declaraciones al programa Protagonistas, de Onda Cero, Mendoza dejó siempre la ventanilla abierta: "La toalla no la tiro, a mí nadie me manda tirar la toalla. No desmiento ni confirmo para no mentir. Sólo digo eso, pero creo que ya digo algo

Cuando todo esté tranquilo, me iré. He tomado la decisión, sí, pero no una sino varias, las tengo todas pensadas". ¿Se irá en 15 días?", le preguntaron: ". Puede ser", contestó: "Llevo casi 11 años en el cargo, pero todo el mundo tranquilo: va a venir gente buena y gente joven".

Lo malo es que el entorno de Mendoza es, ahora mismo, muy reducido. Demasiado reducido. Sus directivos ya no son fuentes autorizadas para hablar de los pensamientos del presidente y así navegan entre impresiones contradictorias. Los han y que quiere que se vaya y dan por buena su marcha y otros que se sorprenden cuando saben que busca directivos. La agenda de Mendoza para la próxima semana tiene algún compromiso serio: presidir en Turín la primera reunión formal de la Asociación de Clubes Campeones de Europa, selecto club que él preside. En dicha reunión se aprobarán los estatutos y, con toda posibilidad, se fijará una sede en Madrid. "¿Será ese su retiro? ",se le pregunta. "Mi retiro es la tumba", contesta, "y el médico me ha dicho que gozo de buena salud". De nuevo, la ventanilla abierta.

En los últimos días Mendoza también mantiene gestiones contradictorias rodeadas de gran sigilo que no hacen sino añadir más confusión. Cuchichea con Lorenzo Sanz en los pasillos del, Bernabéu, habla por teléfono con Florentino Pérez y almuerza con Alfonso Ussía, un hombre que pasó de ser oposición a decir en las últimas fechas: "Mendoza es como los buenos vinos; con el tiempo mejora". Hay días en los que asegura que se va y otros en los que reta: "Si quieren pelea, la tendrán". Dicen que busca un despacho lejos del Bernabéu para instalarse en su retiro y que su familia le ha pedido encarecidamente que lo deje. Él, en privado, se confiesa harto de tanta lucha pero suena con ver al Madrid crecer en Europa.

Hay varias fechas que pueden determinar el futuro de Mendoza: la próxima asamblea (26 de noviembre), Navidad, la eliminación del Madrid de Europa y el final de la Liga. Pero sólo él sabe cuando escribirá su último capitulo en el Madrid. ¿Qué Mendoza se va?. Hasta que no lo vea no me lo creo", aseguró ayer uno de sus fieles.